A veces ella se quedaba muy quieta, pensando.Sospechaba que alguien la observaba, pero después de un rato seguía con su vida.Cantar sus canciones favoritas mientras se prepara algo de comer es uno de sus momentos preferidos, ideales. Adora vivir sola y sentir que no tiene ninguna obligación. Aunque siempre hay cosas que la "obligan"; sus propios deseos, sus pasatiempos, sus hobbies (así se escribe?).
Se obliga a leer y a ver muchas películas como uno de sus autores favoritos. Le gusta dar largos paseos por los parques y hacer como que no existen otros seres, menos, humanos. No es a-social, ni tosca, solo es solitaria.
Un día, en uno de sus momentos reflexivos, se quedo mirándose a sí misma al espejo. Había estado caminando y salía de la ducha cuando se topó con el espejo del baño. Volvió a sentir esa sensación de estar siendo observada, no necesariamente por ella misma. Se miró largo rato en su propio reflejo, y lo vio. Retrocedió un par de pasos del susto, luego lentamente se acercó de nuevo. En el fondo de su pupila, o del espejo -no se sabe bien- estaba él. Él, que la habita hace ya varios años sin ella saberlo. Él la motiva, la acompaña. Le lee libros en silencio antes de dormir. Le da nuevas ideas para sus recetas de cocina, la cubre en las noches de frío.
Él no tiene rostro ni mucho menos un nombre fijo, pero ella bien sabe que se trata de un él. Nunca más lo ha vuelto a ver. Quiso intentar lo del espejo otras varias veces pero no lo logro.
Ella es solitaria y siempre ha disfrutado serlo. Nunca le ha hecho mucha falta la convivencia con otros seres, menos, humanos. Pero desde aquel día, le gusta pensar que hay un ser que la habita; que le gusta observarla, que la cuida y la acompaña en silencio. Que la piensa...Y se sonríe, mientras monta en su bici y va escuchando su nueva, ahora, canción favorita.
