Me asomé al balcón de la habitación y sonreí al divisarla acostada en la playa sobre una toalla. La señorita estaba tomando sol. Negué divertido con la cabeza.
Una semana pasó volando desde que llegamos. Hace una semana que ya soy un adulto. Mi padre me llamó ese día y recibí el sermón de mi vida por cumplir 18.Todo estaba bien, todo es perfecto. Fuimos a hacer varias compras al pueblito. Nos dijeron que habría una fiesta hoy en la noche. TN_______ dijo que sería lindo que fuéramos.
—¡TN_______! —le grité. Ella se incorporó y se giró a verme —¡Ya esta la comida!
—¡Ahí voy! —dijo mientras se paraba.
Volví a sonreír y entré a la casa. Aquella tímida y vergonzosa gitana se había vuelto una completa pervertida a la hora de estar en una cama… o en donde sea. Hasta llegamos a hacer el amor en la playa… eso si que fue nuevo para mí. Muy nuevo.
Bajé corriendo las escaleras y la alcé en mis brazos apenas entró. Ella rió divertida y besó mis labios.
—Te extrañé en esta media hora que no estuviste conmigo —le dije.
—¿De verdad? —preguntó risueña.
—Si, ya me estoy poniendo muy celoso del sol. Te esta gustando ir a tomarlo muy seguido.
—Ay, Joel —dijo divertida. Reí y la besé cortamente.
Entramos en la cocina y nos sentamos a almorzar.
—¿Vamos a ir a la fiestita del pueblo esta noche? —le pregunté.
—¿Tú quieres ir? —me dijo mientras se metía un poco de ensalada en la boca.
—Yo si, ¿tú?
—También —sonrió.
—Sabes que es de disfraces, ¿cierto? —asintió.
—Pero, nosotros no tenemos disfraces —dijo frunciendo el ceño.
—Estás muy equivocada —le aseguré. Alzó ambas cejas.
—¿Por qué? —quiso saber.
—Fíjate que hay en esa bolsa que está detrás de ti —dije.
Dejó la ensalada y se giró a buscar la bolsa blanca que yo había preparado. La abrió entusiasmada. Sus ojos se abrieron bien y alzó la vista hacia mí.
—Pero, ¿Cómo… cómo los conseguiste? —preguntó y metió la mano para sacar las enormes alas de ángel. Sonreí autosuficiente y me metí un trozo de carne.
—Yo siempre tengo todo bajo la manga, cariño —contesté con soberbia. Ella me miró divertida.
—No, enserio… dime —dijo y sacó el vestido blanco.
—Bueno, bueno —me senté bien en la silla —Cuando fuimos a mi casa para buscar mis cosas encontré la bolsa en mi camino y la metí en mi bolso sin pensarlo.
—¿Por qué? —preguntó.
—Porque quería volver a ser Romeo, para hacer bien las cosas con mi Julieta —dije. Me miró de manera boba y soltó las cosas para correr hasta mí y sentarse sobre mi regazo. Comenzó a besar todo mi rostro, enfatizando principalmente en mis labios.
—¿Por qué eres tan lindo, eh? —dijo sin dejar de besarme —Te odio por ello…
—¿Enserio? —dije siguiéndole el juego.
—Naaa —sonrió y volvió a besarme.
Luego de almorzar pasamos la tarde jugando y tomando sol frente a la casa. No había preocupaciones, ni problemas. Solo nosotros dos.
Luego de hartarnos del mar entramos a la casa para prepararnos para ir al pueblito. Ya eran más de la 7.30… íbamos a perdernos lo mejor por no llegar temprano.
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Nothing in my way.
FanfictionDos personas de mundos completamente diferentes están destinadas a ser, ella, entrenada para matar por un cuartel secreto, él, con un vida dura y sin suficiente amor, se encontraran un día a causa de una misión que le han encargado a ella, su vida s...