Lego House, capítulo único.

14.2K 1.5K 1.3K
                                    

Chris miraba a través del gran ventanal de su casa las calles de Doncaster, Inglaterra. Hacía frio afuera, pero no dentro de su hogar. ¿Qué más podía pedir? Los copos de nieve caían, el viento soplaba despacio, la estufa a leña esparcía su calor en todo su espacio, en pocos días sería su cumpleaños y casualmente el mismo día sería víspera de Navidad, no habían clases por las fuertes nevadas, toda su familia estaba reunida en el mismo lugar... Solo faltaba una cosa, más bien, alguien: Felix.

Su mejor amigo, por poco hermano. Su cabello era castaño y rizado, sus ojos eran verdes, y era un poco más alto que Chris, a pesar de que era dos años mayor que él. Venía a visitarlo casi todos los días —menos los fines de semana y festivos, o a veces por otros motivos externos— junto a Anne, su madre. Con él a su lado sería, sin duda un día perfecto.

Chris divisó a Felix de la mano de su mamá caminando por la acera. Sabía bien que eran ellos, aún desde lejos, porque los rizos del niño que quedaban fuera de su gorro se revolvían entre sí, enredándose, y este estaba con su mano libre tratando de mantenerlos quietos.

Salió de la habitación para ir a abrirles la puerta. Iba corriendo por las escaleras, emocionado, y como era de esperarse, se tropezó y calló al piso. Se golpeó en el brazo y quiso llorar, pero no lo hizo, porque sintió que tocaban el timbre, así que se levantó como si nada hubiera pasado para ir a recibir a su amigo.

Felix cuidaba mucho de él, probablemente armaría un escándalo si lo veía con alguna herida, y lo reprendería por ser tan despreocupado de sí mismo. Luego Chris lo abrazaría y le diría que no volvería a pasar, comprendiendo que lo regañaba por su propio bien.

Abrió, los saludó y los invitó a pasar. Anne entró a la sala a saludar a sus patrones. Sí, Felix era el hijo menor de la criada de la familia Tomlinson, por eso conocía a Chris y pasaba tanto tiempo con él.

—     ¿Los trajiste? —preguntó Chris a Felix, luego de saludarlo alegremente.

—     Todos los que encontré —respondió el pequeño.

Siguieron a la madre de Felix. El rizado saludó cortésmente a la familia de su amigo. Una tía de Chris le apretó las mejillas al niño como si fuera un sobrino más. Pero el señor y la señora Tomlinson, los padres de Chris y sus dos hermanas, no pensaban lo mismo. Consideraban a Felix una mala influencia para su hijo. Felix era un niño tierno, lindo y generoso que solo pensaba en jugar, proveniente de una familia humilde y trabajadora; mientras Louis también era amistoso, solidario y juguetón, pero las personas de su familia eran avaras y creídas, bien acomodadas socialmente y casi con el mundo a sus pies.

Luego de la cena, Chris empezó a patear levemente a Felix bajo la mesa, ya que estaba sentado frente a él. El menor frunció el ceño, y su amigo le hizo una seña para que bajara. Felix lo miró confundido pero no tuvo tiempo de que Chris se explicara bien, en segundos estaba bajo la mesa. El niño no tuvo mas opción y se escabulló junto a él. No quería estar solo entre los grandes, quienes por cierto no se dieron cuenta de la acción de los pequeños ya que estaban muy concentrados conversando entre sí, aun comiendo o en sus teléfonos móviles.

— Vamos —ordenó Chris gateando debajo de la mesa con Felix detrás suyo— Espera —se detuvo de repente y Felix chocó con él— Disculpa, Chris. Siempre quise hacer esto —tomó ambas agujetas de los zapatos de una de sus hermanas menores y las ató en un solo nudo. Los dos niños rieron— Ahora si, vamos.

Salieron, y sigilosamente se fueron del comedor, sin llamar la atención de nadie. Subieron las escaleras riendo y de las manos.

Ello lo recordaban muy bien. La primera vez que Felix fue a casa de Chris, cayó de las escaleras desde bastante alto. Estuvo varios días en el hospital por sus fracturas a causa de la caída. Tiempo después cuando debió volver al hogar de la familia Tomlinson, Chris lo invitó a jugar con él arriba y Felix se negó porque tenía miedo de caer otra vez. "No tengas miedo", le dijo Chris amablemente, "dame la mano si quieres, si te sujetas fuerte no te dejaré caer". Felix lo hizo. En ese entonces tenían 4 y 6 años. Subieron y bajaron las escaleras de las manos por mucho tiempo, hasta que Felix superó su trauma, pero la acción se había vuelto una costumbre bastante normal para los dos, así que no dejaron de hacerlo nunca.

Lego House {Larry Stylinson One Shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora