Party.
Ya había terminado de arreglarme, Kara aun estaba en el baño, no es que importara y a que igual iríamos separadas ala fiesta. -Ya me voy, me esperan las chicas.- Anuncié tomando mi chaqueta.
Kara salió del baño semi-vestida, cosa que me distrajo. -Explicarme de nuevo porque vamos separadas...- Dijo poniéndose frente a mi mientras arreglaba su cabello.
Me concentré para dejar de ver su abdomen. -Porque las chica me invitaron, además acordamos que se quedaría en secreto hasta estar seguras de lo que pasa.- Le recordé y me abrace de su cuello.
Kara gruño, sabía que aunque había estado de acuerdo no era algo que le hiciera gracia. -No me gusta, es molesto tener que ocultarlo, me siento en el armario de nuevo.- Hizo un pequeño puchero, se veía realmente adorable.
Hice un puchero también. -Solo será un tiempo, lo prometo.- Me elevé un poco sobre las puntas de mis pies para alcanzarla y darle un suave beso, lo que la hizo sonreír.
-Bien...- Rodó los ojos. -Te alcanzo en un rato.- Me informó y me dio otro beso antes de hacerse a un lado.
Cuando llegué ya había algunas personas, pero algo me decía que eran pocas en comparación de las que habría más tarde. -Llegas tarde.- Me reprochó Meg cruzada de brazos.
Negué divertida. –Primera ves que llegan temprano a algún sitio y me lo pierdo. Además no vengo tarde...- Me quejé y vi la hora. -¡Solo han pasado 5 minutos!- Reí, la cita con Kara me había puesto de buen humor.
-Déjala tranquila, Meg no siempre va ser igual de puntual.- Me defendió Kath. -Además son 5 minutos, no es para tanto.- Se encogió de hombros, eso nos sorprendió a todas.
Meg y Circe se vieron entre sí y de inmediato supe que venía. -¿Tu... La señorita "debo estar 20 minutos antes"...- Empezó Circe.
-¿Diciendo que estar 5 minutos tarde esta bien?- Terminó Meg y Kath la fulminó con la mirada. -Estas perdida.- Canturrearon al unísono ella y Circe.
Empezaba a creer que Kara tenia razón con lo de Kath y en verdad esperaba que no fuera así, ella era una genial amiga y no quería perder eso. -¿Nos vamos?- Las interrumpí ya que sentí que se ponía incomodo, al menos para mi.
Fuimos hasta una de las mesas que estaba cerca de donde todos bailaban, las chicas trataban de decidir que beber, mientras yo solo veía a las chicas bailar, algunas muy mal, a otras como profesionales y a la gran mayoría tan cercas unas de las otras que apenas se podía distinguir quien era quien, eso sin contar a las que se estaban besando y ver aquello inevitablemente me llevó a pensar en Kara y sus labios suaves.
Sentí a Meg empujarme suavemente sacándome de mis pensamientos. -¿Se te antoja algo?- Preguntó dándome una mirada sugerente.
Casi me ahogo. -¿Q-qué?- Tartamudeé sonrojada.
Meg sonrió burlonamente. –Si, de tomar... ¿Quieres algo?- Rió al ver mi reacción.
Miré el vaso que me ofrecía. -Oh yo... Si.- Asentí y tomé el vaso rojo aun con rostro sonrojado.
Meg rió por mi reacción y sabía que no iba poder quitármela de encima. -¿Qué pensaste?- Preguntó burlona, lo hacía a propósito, quería molestarme, pero no iba lograrlo.
Aparté la mirada fingiendo interés en cualquier otra cosa. -Nada... ¿Por que habría de pensaren algo?- Contesté a la defensiva.
Sentí su mirada sobre mi durante un buen tiempo, cuando por fin la voltee a ver ella me veía con duda y luego río negando. -Como digas.- Se rindió, para luego ir con Circe a algún lado.
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Rebelde tentación. (Editando)
JugendliteraturJade era una chica común, estudiosa y bien portada, pero todo su mundo es puesto de cabeza al ser transferida al Internado para chicas Hill HightSchool, donde se ve obligada a compartir habitación con Kara, la chica más problemática de ahí.