Intro.

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Al no notar a alguien en casa, salí afuera a observar el hermoso desastre de la naturaleza.
Jamás había conocido la perfección hasta el momento en que la vi, la chica extraña del pueblo, sentada en el pasto, nunca había creído en el amor a primera vista, pero cuando la vi sola y triste, me dieron ganas de abrazarla.
Joder, me enamore; me enamore de su atardecer, del color azul de sus ojos, el color amarillo parecido a los rayos de sol de sus cabellos, sus labios rojos, sus mejillas rosas, y su hermoso cabello violeta.
Era jodidamente hermosa.
Me acerque tambaleando a ella, y al tenerla al frente me di cuenta de una cosa, estaba llorando.
Me sente a su lado, y con tantos pensamientos en mi mente solo pude decir:
-Hola.
Ella me observó, no se había dado cuenta de mi presencia. Extrañada solo me dedicó una mirada efímera, quede atrapado en sus ojos, esos hermosos ojos azules. Después de unos minutos, me dijo:
-¿Qué haces aquí?—Me pregunta de golpe, haciéndome sobresaltar.
-Es que... He quedado sólo en casa, y quise apreciar la tormenta.
-¿Y tú qué haces aquí? —Pregunte, y ella me miro a los ojos, pude ver algo de melancolía en su mirada—.
-Solo quise escapar de la realidad un rato.
Dicho esto se levanto de donde estaba sentada y antes de irse me dijo:
-Soy Adeline.
Y sin más dio media vuelta y se fue, dejándome con tantas dudas en la cabeza. Luego de 10 minutos regrese a mi casa y note que algo andaba mal, no había subido las escaleras cuando alguien me tomo por los hombros e hizo que cayera de las escaleras.
Al reincorporarme note que mi madre estaba llorando y enseguida me di cuenta que él la había vuelto a golpear.

Nuestro Atardecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora