Capítulo 1

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«No estoy enferma, no, no lo estoy», era lo que se repetía a si misma Belle Zircon desde el momento en que había despertado y hubiera sentido todos los síntomas del resfrió que habría cogido pero que se encontraba más que dispuesta negar que fueran a serlo principalmente por el hecho de que se negaba a tener que permanecer en su hogar, cuando debía de presentar el trabajo por el cual se habría esforzado tanto, sacrificando incluso un buen dormir por el transcurso de varios días, a causa del estrés y la ansiedad que todo el asunto le generaba, después de todo significaba una gran nota que podría afectar seriamente su promedio en esa clase.

Mientras seguía aun repitiendo aquel pensamiento como un mantra, intentaba leer las notas que ella misma hubiera hecho más que nada para utilizarlo de recordatorio, en verdad no las necesitaba, puesto sabía cómo debía plantear el tema que le tocaba exponer o, en aquel caso, defender, mas de alguna forma el tenerlas le hacía sentirse segura de que todo saldría bien.

Aprovechaba que aun tenía tiempo antes de que el profesor llegara.

–¡Ey! ¡Harry Potter! –Conocía tan bien a quien se le había acercado con la más clara intensión que molestarle, siempre era la misma razón y era evidente que esta ocasión no podía ser la excepción. –Esas notas no te servirán para nada, sino te expresas bien, y de seguro será así–

No pudo evitar que en su rostro una mueca de disgusto se formase ante el comentario.

–¿Podrías callarte? Poco me interesa lo que digas–Respondió a su ajena con una voz ronca y ligeramente nasal para luego intentar ignorarle al proseguir con su lectura.

–¿Oh? ¿Pero qué tenemos aquí?, no es Harry Potter sino Fran Drescher en persona, ¿Qué haces aquí? ¿Buscas a tú Señor Sheffield?–Dijo la rubia con aquella típica sonrisa burlona adornando su rostro.

Yvana Zircon era su nombre, pero más que por el hecho de compartir el apellido no se encontraban relacionadas de ninguna otra manera. Solo meras compañeras de salón, en algunas cuantas clases en la facultad de derecho y nada más. Gracias a Dios.

–No estoy hablando como ella, solo tengo algo de alergia, nada más–

–Claro que lo haces, y si estas interesada, yo podría ser tú Señor Sheffield, si en verdad lo quieres–Moviendo las cejas de forma sugerente. Ugh, absolutamente irritante.

–No, no lo estoy, ahora vete, no quiero nada de ti–Moviendo las manos en pos de que se marchara.

En verdad, no deseaba la presencia de la otra cerca suyo, pues además de que no le agradaba, en aquel momento estaba comenzando a sentirse peor de lo que ya se sentí-… ¡No! Solo debía de ser su molestia frente a Yvana, nada de fiebre o mareos raros, sí eso debía ser. Tenía que convencerse de ello, si creía que no estaba enferma era probable que se pasaran aquellos malestares.

–¿Por qué? ¿Acaso quieres decirme que mi presencia te molesta? Patrañas, tú amas que este a tu lado–Apoyándose sobre la cabeza de Belle, aplastándola en el proceso.

Odiaba tanto que hiciera eso, pero aun más que lo hubiera hecho en aquella ocasión donde no se sentía con la suficiente fuerza como para andar aguantando el peso ajeno y así evitar el impacto su cabeza realizo contra la mesa.

–…No, absolutamente no, ahora, por favor, ¿Podrías quitarte de encima?–

–Hmn, ¿Por qué debería? Estoy muy cómoda, incluso creo que podría dormir una siesta aquí–Acomodándose sobre la otra mujer para luego bostezar de una forma un tanto exagerada. –Despiértame, cuando llegue el profesor, ¿Sí? Gracias, eres muy amable–

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