14. Resaca VII (72)

167 16 30
                                    

Roca había encontrado una habitación pequeña en la que el único mobiliario eran seis sillas en torno a una mesa redonda, en el centro de la cual había un cilindro metálico del que salían seis cables rematados con muñequeras.

–¿Vais a jugar a esto? –se interesó Bloodmist.

–Sí. Subcapitana, siéntate –ordenó Roca.

Nameless no remoloneó, porque la presionaba que hubiera tanta gente presente. Al menos Sica se sentó a su derecha y tuvo la iniciativa en coger la muñequera, examinarla y ponérsela en el antebrazo izquierdo. Nameless, con sus reticencias, la imitó. Roca se sentó a su otro lado.

–Ey, ¿vais a jugar? –preguntó otro chaval asomándose a la estancia. A Nameless le sonaba de algo–. Me apunto.

–Ya somos seis, Bester –le contestó Foster, poniéndose otra muñequera y ocupando junto a Roca una silla, de la que se dejó resbalar al momento, adoptando una postura más bien incómoda.

–No, puedes jugar –concedió Liss, recostándose contra una pared–. Yo os miro.

–¿Sí? –inquirió Bloodmist decepcionada.

–Hasta que te aburras y me dejes el sitio, que te conozco, Tess –aseguró exhalando humo perlado entre sus labios torcidos en una mueca de suficiencia.

Su compañera de cuarto hizo un gesto desafiante y se sentó en el hueco libre que había dejado Bester, colocado a la derecha de Sica.

–Le pongo dos segundos de preparación –advirtió Roca, sin dejar sitio a debates.

Aun así, Sica le llevó la contraria.

–Ponlo a cero.

–Jah –desdeñó Eisentblut.

–Se supone que estamos aquí por Nameless –le recordó Morilec.

–Tiene que estar preparada para todo –le gruñó Roca.

–Poco a poco –contestó Sica sin dar su brazo a torcer, girando una de las ruletas del cilindro hasta ponerla al mínimo.

–Suenas como ella. Qué asco, no esperaba eso de una Morilec –despreció recostándose contra la silla.

–¿Qué es el "tiempo de preparación"? –preguntó Nameless con cautela.

–El tiempo que pasa entre que esto te avisa y te suelta la descarga –informó Foster desde su incómoda posición.

–Ah... Entonces mejor nada, sí –asintió agradecida.

–Psssé –siseó Roca y activó un interruptor.

Unas lucecitas parpadearon aceleradas, una sobre cada cable. Nameless las miró aterrada. ¿Cuánto iba a doler? ¿Iba a hacer el ridículo delante de aquella gente de segundo curso? ¿Hacía cuánto que había ido al váter?

–Así que enseñándole juegos a la novata, ¿eh? –planteó Bloodmist y se apagaron todas las luces excepto una: la suya.

La vampira se sacudió electrocutada durante cinco segundos. Nameless la miró fijamente, intentando averiguar si la potencia sería mucho para ella o si podría tolerarla.

–Uf –dijo Tess al terminar, sacudiendo la cabeza.

–Que podemos subir la intensidad, ¿no? –propuso Roca, mientras las lucecitas volvían a parpadear.

–Eisentblut –reprochó Sica en un tono no exactamente duro, no exactamente frío, pero que recomendaba no llevar la contraria, y la aludida gruñó.

Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora