UNA MENTIRA DISFRAZADA DE AMOR.

PRÓLOGO.

¡Hola lector desconocido! Espero te encuentres muy bien...

Déjame presentarme, soy Astrid Blake, tengo 18 años y mido 1,67, datos no tan importantes, pero si necesarios. 

Mi cabellera es larga y lacia, su color varía entre el  es castaño oscuro con ciertos mechones rubios, mi tez es blanca  y mis ojos son color miel. 

A simple vista puedes percibirme como una chica atenta, sociable, amigable y participe de todo tipo de concursos. 

Todos aquellos que creen conocerme dicen sentir envidia por mi vida tan perfecta, pues mi familia es unida, tengo estabilidad económica y emocional, mis padres me dan todo y todos vivimos en constante armonía ¿Quién no desearía vivir mi vida? Exactamente, yo.

La vida de nadie es como la aparentan con los demás, creo que soy la prueba de eso. 

A continuación te revelaré unos cuantos secretos que nadie más que mi familia conoce, los mismos que tuve que callar por el miedo a dañar mi gran reputación, o la de los seres que me querían. 

Te contaré sobre mi vida y el infierno que esconde la familia Blake, los traumas que traigo y el sentimiento de presión que recuerdo desde que tengo memoria, incluyendo todo lo que sufrí para llegar a donde actualmente me encuentro. 

Quiero que sepas que esto más que un desahogo, es una prueba de que las personas que juraron algún día protegerte, también pueden hacerte daño y romper sus promesas.

Si te sientes identificado/a con alguna frase/párrafo o capítulo que escribí, caigas en cuenta que los traumas no siempre son superados completamente, pero si lo suficiente como para demostrarle a los demás que eres más fuerte que la vida de basura que te tocó vivir.