CAPITULO 17

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Michael estaba durmiendo cuando de pronto fué despertado sorpresivamente por Yhia y Darkness, para su ensayo de baile.

— Vamos Michael, es hora de nuestro ensayo —dijo Yhia.

— ¿Qué? P-Pero si no he dormido nada, ¿pretenden que ensaye asi? —dijo Michael aún somnoliento.

— Asi debe ser Michael, no tienes mucho tiempo de descanso —dijo Darkness.

— Tiene razón —dijo Yhia.

— Está bien —dijo Michael levantándose.

Yhia salió de la pequeña recámara y se preparó para ensayar.

Darkness se quedo para que Michael no se quedase dormido. En cambio, Michael tocó su cara con su cola varias veces para quitarse el sueño y salió de la pequeña recámara y justo iba Darkness detrás.

Mientras tanto, Niro estaba con Kathy conversando de lo que había ocurrido con Ajar.

— Primero él se entristece, y ahora tú, nunca fuiste una cobra triste... —dijo Niro tratando de animar a Kathy— ¿Qué te dijo? —preguntó Niro.

— Nada Niro, no te preocupes, estoy bien—respondió Kathy acostada en un rincón, viendo a una esquina.

— Pues tu expresión indica lo contrario... —dijo Niro.

Kathy se mantuvo en silencio y sin responder. Niro dió un suspiro y deslizándose, salió de la pequeña recámara.

Darkness vio a Niro salir de la pequeña recamara de Kathy, y le preguntó:

— ¿Continua igual? —preguntó Darkness.

— Así es, parece que algo la desconcertó y la entristeció... —respondió Niro.

— No me gusta ver a Kathy así, es muy difícil ponerla triste, por que siempre es alegre y todo eso... —dijo Darkness.

— Seguro se le pasará pronto... —dijo Niro.

— Eso espero —dijo Darkness.

Mientras tanto, Ajar estaba en su recámara mirando el desierto, pensando en Eva y en Pitt. Temía no poder volver a verlos otra vez.

Mientras observaba el exterior, algo captó la atención de Ajar, y era una ciudad a la cual se dirigían. Ajar reconoció la ciudad y se dió cuenta que iban en dirección a Souksoukville nuevamente. Ajar se levantó y salió de su recámara.

— ¡Nos dirigimos a Souksoukville! —dijo Ajar.

— Lo sé Ajar, ahí damos espectáculos de danza —dijo Darkness.

— ¿Espectáculos? ¿Por cuánto tiempo están en la ciudad? —preguntó Ajar.

— Mmm... depende del día —respondió Darkness.

— Puede ser una oportunidad para escapar... —dijo Ajar.

— Quisiera ver que lo intentes para verte en los pies de alguien, y esto es verdad —dijo Darkness.

— Debe haber un momento que pueda aprovechar —dijo Ajar.

— Como quieras... —dijo Darkness.

Al atardecer, la caravana de tuaregs, llegó a la ciudad de Souksoukville con las serpientes. Mientras, las serpientes continuaban ensayando sus pasos de baile para su próximo espectáculo.

De un momento a otro, la caravana se detuvo de manera inmediata en una de las calles de la ciudad.

— ¿Qué sucede? —preguntó Ajar al notar que se habían detenido.

— ¿Por qué hacen una parada aquí? —preguntó Niro— Nunca hacemos paradas antes de llegar.

— Seguro un imprevisto o se detuvo a traer alguien mas, quien sabe —dijo Darkness.

— Nunca recogen serpientes en la ciudad... —dijo Yhia.

— ¿Entonces para qué habrá parado? —preguntó Darkness— Subiré para averiguar —dijo Darkness y comenzó a subir por la cesta.

Mientras tanto, uno de los hombres estaba en una de las tiendas comprando una caja para serpientes, en cambio, el resto de los hombres, estaban negociando con un hombre vestido de azul.

Darkness llegó hasta arriba e intentaba empujar la tapa de la cesta para ver qué estaba pasando.

En eso, uno de los hombres abrió la cesta y junto con el hombre de azul, observaron a las serpientes. Darkness vió a los hombres que abrieron la cesta y bajó rápidamente con los demás.

— Ahí estás... —dijo el hombre vestido de azul y sacó a Ajar de la cesta.

— ¿Uh? ¿Qué? —dijo Ajar un poco asustado.

Las serpientes sólo veían a Ajar sin poder hacer nada al respecto.

El hombre vestido de azúl metió a Ajar en la caja de cristal para serpientes y lo encerró para que no escapara.

— ¿Por qué se lo habrán llevado? —preguntó Darkness.

— No lo sé... —respondió Yhia.

Ajar miró al hombre vestido de azúl y lo reconoció al instante. Ajar se aterró de haberse vuelto a encontrar con Omar desde que rescató a Eva.

— Oh no... —dijo Ajar asustado— ¡Chicos, ayúdenme! —gritó Ajar aterrado.

 —dijo Ajar asustado— ¡Chicos, ayúdenme! —gritó Ajar aterrado

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— No podemos hacer nada, o nos mataran —dijo Darkness.

Apenas Darkness terminó de hablar, Kathy se lanzó fuera de su recámara y subió lo más rápido que pudo hasta arriba de la cesta, mirando a Omar con Ajar, se lanzó fuera de la cesta para ir a ayudarlo.

— ¡Kathy, No! ¡Espera! —gritaba Darkness a Kathy.

De pronto, uno de los tuaregs atrapó a Kathy y la sujetó fuertemente y la devolvió a la cesta y cerró la canasta para que no escaparán las otras serpientes.

— ¡Ajar! —gritaba Kathy desesperada mirando alrededor — ¿¡Donde estaba!? —dijo Kathy deslizándose por la cesta.

Kathy entró a una pequeña recamara, y con su cabeza, golpeaba fuertemente una pared de la cesta que estaba débil, y enseguida la rompió haciendo un agujero.

Kathy escapó de la cesta en silencio y se fué a ocultar entre cajas y canastas mientras buscaba a Ajar.

En cambio, Omar terminó de negociar con los hombres de la caravana y se fué con Ajar a su tienda.

Kathy siguió a Omar oculta entre cajas o tejados que hubiese a su paso, con el mayor silencio posible.

La Aventura de AjarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora