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Milán.

Cinco letras que me han dejado varias noches sin dormir en el último mes.

No sé qué sentir. ¿Cómo actuar?

Me he despertado temprano, mucho más temprano de lo normal. Esperando que un Latte pueda calmar mis nervios, pero es imposible.

Milán.

Mi mente no deja de burlarse de mí.

Mientras el desayuno se cocina, otro Latte es ingerido. Y uno más, antes de ir a preparar mi maleta.

Cuando cierro la puerta de mi cuarto, lo hago con un poco más de fuerza y espero.

Él debe haber despertado y muy conforme con eso me meto a la ducha de mi cuarto.

Un toque sutil es lo que he estado esperando toda la mañana.

-Woonah, no tires la puerta. ¿Estas vestido...? - hace una pausa intentando abrir la puerta y se rinde al ver que no cede, la he asegurado.

Camino hacia la puerta, solo con boxers puestos. Miro ese pedazo de madera que nos separa y recargo mi frente en ella.

Sé que él está del otro lado. Estará allí hasta que le de una respuesta.

Pero no puedo. Todo lo que mi mente coordina viene en una sola vía.

Milán hace 2 años atrás.

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