Ella era su propio mundo, su propio universo, al perderme en su mirada vi al caos y al orden en constante conflicto y renconciliacion, y a medida que inevitablemente me adentraba en sus pensamientos, cada sombra era más violenta, nociva y peligrosa, pero a su vez cada luz más cálida , brillante e hipnotizadora, un contraste, un contrapunto, un equilibrio, ella era la izquierda, la derecha y el centro, serenidad y pasión, ella era un complicado laberinto emocional, del que no se podía escapar.
Ella era un poema, pero sin forma ni metrica, no trato de decir que estaba mal hecha al contrario, era perfecta, pero inexplicable, como un sol que salga por la noche o un mar que no sea salado, un rayo en el cielo despejado o una ola en el río calmado.
Ella era el pánico antes de la catástrofe, la calma luego de la tormenta y el ojo del huracan, era el volcan inactivo, la lava descendiente furiosa y el abstracto mar de cenizas que quedan luego de la devastación, era una estructura que aguantaba el más fuerte terremoto y a la vez que se derrumbaba con el más ligero temblor.
Sus ojos eran complicados acertijos, víctimas del universo, en ellos se veía lo falso del destino y lo real de la incertidumbre.
Ella era insdecriptible así que con estas palabras no me esfuerzo en tratar de dibujarla, no tienen que tener sentido tampoco porque ella carecía de esa cualidad, pero aún sin sentido y sin lógica, sin rumbo ni origen, te atrapaba en su red, porque era una trampa en la que querías caer. Ella era.
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Desnudando al Alma
RandomSerie de relatos sobre la belleza, pura y simple, que radica en los pequeños detalles del rostro de las damas.