Decisiones

Capítulo 10

Lucy y Natsu habían decidido recrear una vez más el viaje que habían tenido que hacer hasta donde sus amigos, pero esta vez acompañados de sus hijos, Wendy y Jellal.

La última vez que aquella brisa marina alzó en vuelo el hermoso cabello de Lucy, en su rostro había una tristeza profunda, un mar infinito de dudas, dolores y pesares que ya habían terminado y se habían muerto. Lucy quería mirar una vez más el mar y esta vez con una sonrisa dibujada en su rostro; quería mirar el hermoso atardecer sentada en la orilla de la playa junto a su familia. Quería demostrarle al gran y bello océano que los sueños sí se hacen realidad que la tristeza no es para siempre.

Natsu tomaba la pequeña y delicada mano de una de sus hijas que traía en un "canguro" que venía colocado en su pecho dejando a su bebé contra este. Miró a su amada, la detalló minuciosamente dándose cuenta de que ella hacía el mismo gesto con la segunda bebé que traía de la misma manera. ¿Estaban atados por un vínculo celestial? Así parecía. Aquella mujer había revolucionado su vida y no sabía si era aquel vestido de encaje blanco lo que la hacía ver radiante aquella tarde, pero no dudo un segundo más en dar pasos hacia ella y tomar con su mano libre la mano libre de la mujer. Esta volteo y le sonrió con ternura por aquel gesto tan íntimo entre ellos, para luego fundirse en un beso que el mar de esa playa grabaría en su oleaje para siempre.

Happy y Wendy corrían vívidamente por la arena mojándose y ensuciándose. Su niñez había sido marcada por muchos dolores, por pérdidas y tristeza, pero aquellos dos niños excepcionales nunca se dieron por vencidos y en momentos como este cuando Lucy y Natsu los miraban jugar con tanta emoción y sonrisas pintadas en sus caritas infantiles se sentían totalmente realizados.

Natsu no soporto más y entregándole la bebé que cargaba a Lucy corrió directamente a donde estaban los pequeños para jugar con ellos. Wendy y Happy intentaron tirarlo en la arena, pero ciertamente el peli rosa era más fuerte y grande, ni siquiera entre los dos podían derribarlo hasta que Natsu se distrajo y Wendy se le lanzo encima arrojándolo a la arena, Natsu intentaba levantarse, pero Happy no lo dejaba.

A un lado de la bella escena, Jellal y Lucy morían de la risa mientras el peli rosa trataba de levantarse; Jellal jamás había visto un atardecer tan hermoso como aquel, no solo por la belleza natural de la playa, sino por dos niños y un hombre que corrían lanzándose arena de un lado a otro. Jellal en ese momento se cuestionó un poco; ya se estaba haciendo mayor y aunque pertenecía a la gran familia Fairy Tail y adoraba a sus compañeros y pequeños sobrinos, carecía de hijos propios; carecía de una mujer que llenara su vida de felicidad como Lucy llenaba la Vida de Natsu. Entonces, levantándose de aquella arena dio pasos hacia el ancho mar y justo antes de que el sol se escondiera entre las bellas montañas, juró que encontraría a la mujer perfecta que le diera hijos y terminará de llenar todos los pequeños espacios vacíos que tenía en su alma y en su corazón.

A un lado Lucy le miraba, sonreía alabando por dentro el viaje a esa playa en su retorno pues sabía que había sido una de las mejores decisiones que había tomado en su vida.

Cuando la noche cayó en aquella hermosa bahía. Lucy, Natsu y Jellal recogieron a su "Tropa" pues era inminente la llegada de la lluvia y no querían que nadie se enfermara, aún había mucho que recorrer y si un "soldado" enfermaba ponía en peligro la misión.

Una vez en la posada donde se hospedarían, Lucy baño a Happy y a Wendy, les vistió y mientras amamantaba a las bebés, Natsu y Jellal hacían los preparativos para partir esa misma noche.

El vehículo parecía una especie de "excursión" familiar muy extraña. Adelante iban Jellal y Natsu. Atrás dos porta bebés rosados con las gemelas, Lucy, Wendy y Happy.

Cuando se pusieron en marcha al siguiente punto de su "viaje" Lucy se llenó de nostalgia y emoción al irse acercando cada vez más a su antigua casa y se sentía muy feliz de llegar allí con su anillo de matrimonio, y sus pequeños niños.