Piso ligeramente el acelerador para entrar a la avenida 5 de Mayo y dirigirme hacia el sur. Miro el cielo a través del parabrisas, es una mañana despejada de verano en Praga. Es Lunes y la avenida lentamente comienza a llenarse de mas conductores al entrar a la avenida Brněnská. El sedán que conduzco se llena pronto del olor a café que va en el porta vaso.
Quisiera sentirme nervioso o con miedo, pero lo que siento es ansías de comenzar a trabajar ya. Y que mejor noticia que lo haré con uno de los mejores arquitectos de la ciudad. Hace años dio una charla en la universidad y la verdad es que se ha vuelto como una persona que me inspira a seguir creciendo. En aquel entonces el señor Jarek Kovac tendría unos treinta y siete años, imagino que ahora tendrá unos cuarenta.
Enciendo las luces intermitentes para indicar que saldré de la avenida y frente a mi comienzan a aparecer edificios altos y brillantes, me aparco bajo la sombra de un árbol, tomo el portafolio de cuero azul marino y bordes marrones que me regaló mi madre, y en la otra mano tomo el termo lleno de café. Acomodo mis anteojos y me miro una ultima vez en el espejo para ver si he despeinado mi cabello castaño.
Salgo de auto y lo aseguro bien. Tomo paso firme para dirigirme al edificio frente a mi, en lo alto se leen las iniciales DCI, que significan Daleko Construction Inc. Antes de entrar un guardia de seguridad revisa mi portafolio y toca mi cuerpo en busca de algún arma que por supuesto no llevo conmigo.
Entro a un vestíbulo bastante amplio con un techo alto y lleno de luz blanca. Veo personas de allá para acá vestidas de traje y faldas elegantes. Me dirijo hasta la recepcionista que cabello rojizo que esta en medio de todo.
—Buenos días —digo con el tono mas amable que puedo pronunciar—. Vengo a presentarme con el señor Jarek Kovac.
Ella me ve de manera agraciada, pero en el fondo se que odia hacer esto. Así que de manera hipócrita habla.
—Nombre por favor.
—Milko Beran Vàbra—. Pronuncio mi nombre completo.
—Oh si señor Beran. El señor Kovac dijo que vendría. Pero aún no llega. Esperelo en aquella sala.
— Gracias—. Respondo y paso a tomar asiento. Tomo mi móvil y veo la hora, 10:04 am, tenía que estar a las diez en punto pero creo que el señor Kovac viene retrasado. Bueno, cuando eres alguien importante creo que tienes ese pequeño privilegio.
De manera un poco nerviosa comienzo a revisar Twitter, solo deslizando la pantalla para arriba sin prestarle sentido alguno a lo que veo. Ni si quiera reviso los mensajes de Whatsapp que me ha enviado mi madre y mi amiga deseándome suerte.
—Buen día señor Beran—. Pronuncia una voz gruesa. Alzo mi mirada y acomodo de nuevo mis gafas, delante de mi un hombre de metro ochenta, de cuerpo definido, cabello oscuro, barba espesa pero perfectamente recortada y ojos azul, se para frente a mi.
—Buenos días señor Kovac—. Respondo algo sorprendido. Me pongo de pie y estrecho su mano.
—Por favor, acompañeme.
Y lo sigo a su lado izquierdo, a su derecha una chica como de treinta y pocos años de melena rubia escribiendo en un iPad todo lo que el va indicando. Seguramente es con quien se queda hasta tarde para acostarse encima del escritorio.
Entramos a un elevador. Ni si quiera he podido ver la cara de la chica pues sigue escribiendo y anotando cosas que no la levanta para nada. La voz ronca del señor Kovac resuena como rugido dentro del espacio pequeño, apaciguando la terrible música de fondo. El señor Kovac será un hombre exitoso pero de buen corazón, leí en internet que tiene una fundación de salud y que cada año dona a la OMS un par de cientos de euros. Creo que se debe a su forma de ser, amable pero a la vez duro.
Nos detenemos en el piso ocho, frente a nosotros se abre el despacho del señor Kovac. Lleno de gente, y escritorios. Avanzamos hasta adentrarnos a esos dominios. A mi izquierda hay una sala de juntas, a mi derecha una que anuncia "Planificación de Proyectos" y otra mas allá que dice "Archivo Histórico". El lugar es bastante grande y muy bien iluminado. Avanzamos por un pasillo principal y a ambos lados hay gente en escritorios dibujando y borrando. Otros haciendo llamadas y otros en computadoras tecleando a gran velocidad.
—Oh y la junta de las diez y media. Cancelala— dice el señor Kovac. Y la chica de pelo rubio se desvía al nosotros llegar ala oficina de él. La abre y me invita a pasar.
—Bienvenido a Daleko Construction Inc. señor Beran—. Dice cerrando detrás la puerta. —Y mas que nada, bienvenido a mi despacho.
—Muchas gracias —conesto. El señor Kovac me hace pasar a sentarme frente a su escritorio.
—¿Trae sus papeles?
—Claro— y de mi portafolio los tomo y se los entrego. Él, de manera tranquila lee cuidadosamente cada documento que me han pedido. De repente suelta expresiones de sorpresa o ligeros «muy bien».
—Dígame señor Beran, ¿qué le atrajo de trabajar con nosotros?
—Oh bueno, decir una sola cosa es difícil. Sin dudar ustedes son la mejor compañía constructora de la ciudad y eso me motiva a ser como ustedes.
—Bastante simplona su contestación, la he escuchado antes. Pero esta bien.
De pronto siento vergüenza incluso por contestar así de mal. Pero la sonrisa picara del señor Kovac me alivia un poco.
—La verdad— continua hablando él. —Estoy muy impresionado de su despeño académico señor Beran. Todo un joven de veinticinco años ya un prodigio. Se parece a mi a esa edad. Se que aprenderá mucho aquí. Tenemos un proyecto de construcción en las afueras de aquí. El nuevo centro financiero de Praga. Estoy seguro que es de los mas importes que hemos tenido, le será de mucha ayuda ver como se trabaja en estos grandes proyectos—. Hace una pausa y se levanta de su asiento. —Acompáñeme lo llevaré a su estación de trabajo para que se vaya familiarizando con todos y todo.
Caminamos de nuevo hasta la puerta de su oficina. Él la abre y me indica que pase primero yo, seguido. Siento como su mano aprieta rápidamente mi trasero haciéndome dar un pequeño salto. Estoy a punto gritar pero frente a mi están todas las personas.
—¿Pasa algo?— Pregunta el señor Kovac. Quiero decirle porque me ha agarrado el trasero, pero frente a mi no veo aquel hombre, veo el poder que el tiene.
—No, nada—. Digo algo sonrojado.
Caminamos hasta una ventana y ahí un escritorio vacío con una silla, una computadora y una mesa de dibujo. El señor Kovac indica que este será mi espacio y puedo preguntar a los compañeros que hay que hacer.
ESTÁS LEYENDO
King Society #PromiseAwards17
Mystery / ThrillerMilko Beran recién se gradúa de la carrera de arquitectura del Czech Technical University en Praga. Y gracias a sus notas altas, consigue una pasantía en uno de los despachos de arquitectos mas importantes de la ciudad. Daleko Construction Inc. Es a...