C U A R E N T A & O C H O

30 4 0
                                    

Agarré mi auto y mi celular, tenía dinero en la funda de este así que no me moleste en buscar más. No me encontré con nadie al bajar, estaba todo en silencio, tampoco me pregunté porqué, verdaderamente no me interesaba.
Tenía un viaje hasta el centro de diez minutos y faltaban veinte para encontrarnos. Iba pensando en todo, como me enteré, cuando lo conocí en la librería, pensé también en Stephen y como era él conmigo y lo compare con Pietro, su manera de atender a Cielo y si, notabas la diferencia de un padre verdadero.

Estacioné el auto en el subsuelo y mientras subía por el ascensor miraba la hora y los minutos. Al entrar al centro comercial, mis manos comenzaron a temblar y me apuré en llegar al Starbucks. Como todavía quedaban cinco minutos, pedí algo para relajarme, al entregármelo busqué un lugar y que mejor la terraza, el día estaba hermoso.
Volví a mirar mi celular y la hora, no dejé que está me carcomiera la cabeza y entre a mis chats para ver el de River, su última conexión había sido hace segundos.

— ¿Puedo?

Levanto la vista y lo veo. Asiento y le doy un trago a mi batido para mojar mi garganta.

— Hola— trató de sonreírle.

— Hola— se acomoda en el asiento— me da gusta que me hayas llamado para hablar, pensé que yo tenía que dar la iniciativa.

— La verdad no me puse a pensar en quien iba o no a dar la iniciativa, me parece estúpido— veo que hace una mueca y mi pecho se oprime— perdón, últimamente no pienso lo que digo simplemente lo hago— vuelvo a agarrar mi batido.

— Te entiendo, sé que es difícil para vos todo esto, sos la principal víctima en toda esta mentira.

— Sé que vos no tuviste nada que ver...

— No, sí— me interrumpe— a penas te conocí comencé con la estúpida excusa que era un amigo de tu abuela, después seguimos teniendo esa relación te amigos, dejé que conocieras a tu hermana.

— Cielo...

Recién ahora me acordé de ella, es la hija de Pietro, mi hermana.

— Si— sonríe sabiendo lo que pensaba— deje que pasara tiempo y nunca te lo dije, nunca me anime. Tuviste que enterarte de una manera horrible.

— Ese tiempo estuvo bien, dejaste que te conociera al igual que a Cielo, si me lo hubieras dicho de un principio hubiera sido como un balde de agua fría, te hubiera tomado de loco. Nunca sospeché de que Stephen no era mi padre, su relación era fría conmigo pero nunca se me ocurrió esa opción, pensé que él era así, su esencia era así. Lo que me pregunto y no dejo de hacerlo es que hubiera pasado si yo no hubiera escuchado esa discusión, que hubiera pasado con vos, ¿te hubieras ido? Qué hubiera pasado conmigo y mamá, ¿me hubiera llevado de nueva a mi ciudad? Y seguir con toda esa mentira por lo largo de mi vida.

— Yo no me hubiera dado por vencido con vos Azul— agarra mi mano sobre la mesa— ¿Por qué crees que ese día te di mi número? Si, fue loco y extraño, sentí algo cuando te vi, quizás tu rostro, tus ojos, mis ojos— sonríe— nunca te hubiera dejado ir sin que sepas quién era yo.

— ¿Pero mamá? Nunca me hablo de vos ni me dio indicios, nunca demostró nada. Ella hubiera hecho todo lo posible para seguir ocultándolo.

— Lo que más me molesta es que dejo que ese hombre se metiera en tu vida, que se haga pasar por alguien tan importante para vos. Esa mujer no es buena Azul, no te quiero llenar la cabeza pero te lo digo porque es lo que siento y quiero ser sincero con vos.

Inefable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora