MANZANAS ROJAS

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Disclaimerlos personajes no me pertenecen, sino a Masami Kurumada, sólo los utilizo para mi propia historia.

ATENCIÓN!: contenido yaoi, si no te gusta nada este género, no lo recomiendo leer.

Bueno, ahora que hice todo lo que tuve que hacer, diré (más bien, escribiré XD) que este es mi primer fic y lo haré sobre una pareja muy especial, como veréis a lo largo del fic. Espero que sea de agrado :3

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Bienvenido

"Mmm"-pensó. Si tenía que describirlas en una sola palabra sería... sería... no la tenía. Se detuvo ante el primer templo, cargando su caja de Pandora y dos bolsas: una con sus pertenencias y la otra llena de manzanas rojas. Bueno, medio llena, porque se las fue comiendo por el camino. Trató de aguantarse las ganas al principio, pero poco antes de llegar al pueblo de Rodorio, sacó una y desde entonces las fue devorando lentamente. Hace un par de semanas que recibió una carta sobre su identidad. Se tomó su tiempo en ir, pero finalmente accedió, pues sentía que no tenía un puesto o utilidad en el mundo y consideró ésta su última oportunidad. A lo largo de su vida siempre tuvo problemas para relacionarse con los demás, por su agresividad y violencia, además de que muchos le consideraban un brujo, cuya razón era el pequeño cambio extraño que a veces experimentaba y del peligroso uso que tenía ese cambio.

Alzó la cabeza para contemplar el primer templo y pudo ver que salía un hombre de cabellos lilas claro, con una sonrisa y radiante de amabilidad, seguramente era el guardián de dicho templo. Tenía unos colores jade oscuro y portaba una armadura de oro que relucía. Desde luego que era una belleza simple, pero no se percató de ello, pues había otra figura que había salido junto al de cabellos lilas y que ahora iba pasillo arriba. No pudo distinguir muchos detalles ya que iba a contra luz, pero sí se percató de su ligero andar: elegante, tranquilo y suave, con un aire de seguridad y firmeza, además de su delgada figura, que en total hacía de él un hombre que a la vista parecía frágil como el cristal y el hielo. También se fijó en su larguísima melena, igual o más lisa que el primer guardián. Tuvo serios problemas para saber si era de un color rojizo o era el sol que estaba justo detrás. No le dio tiempo a pensar más pues el hombre se había acercado lo suficiente y le estaba recibiendo:

-¡Hola, buenas tardes! ¿Un bonito atardecer no? Deja que me presente: soy Mu, Mu de Aries, el caballero de la primera casa de los doce. Y al parecer tú debes de ser el futuro guardián de la octava casa, Escorpio, ¿verdad?- El aludido asintió con un leve cabeceo.- Me alegro mucho de conocerte, seguramente buscas al Patriarca. Puedes ir a buscarlo directamente por un camino secreto o atravesar todos los templos y conocer a los propietarios de éstos. Algunos no están, pero te recomendaría conocerlos antes de llegar al salón del Patriarca. Así te resultará más fácil la conversación que vas a tener con él.

Al principio iba a escoger el camino que evitaría a los demás, pero al recibir una tan cálida bienvenida no pudo rechazar su recomendación, así que decidió atravesar los templos. El carnero mostró una amplia sonrisa al ver que se dirigía al siguiente templo. Antes de que haya desaparecido se acordó de advertirle sobre lo raros que son algunos de sus compañeros.

Entonces, se adentró en el segundo templo...

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Cúcuuuuuuuu! :), sé que este primer capítulo es muy corto, pero os prometo que los siguientes serán más largos, es mi primer fic, agradecería cualquier comentario constructivo y a todos los que lo hayan leído (si es que alguien se molesta en leer cuatro palabras de una novata). Puede que mientras esté en curso este fic, haga algún one-shot. Bueno, muchísimos besos, nos leemos!:D

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