Capítulo Cincuenta y nueve.

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19 de julio, 2016.

Negué con mi cabeza ante las palabras de Mike, el castaño seguía repitiendo la frase una y otra vez haciendo que quisiera golpearme la frente contra la pared.

— ¿Tú no deberías estar trabajando en el otro edificio? — pregunté fulminándolo con mi mirada.

— No cambies de tema. — se recostó a la pared. — Anda, yo quiero conocerlo. — volví a rodar mis ojos y respiré profundo intentando no ahorcarlo en ese mismo lugar.

— No, aún no. — dije una vez más. Terminé de empacar los documentos en el sobre amarillo, lo cerré y pasé frente a él, ignorándolo por completo. Aunque, obviamente, me iba a seguir. Me desplacé con Mike detrás de mí hasta llegar a la oficina de Jay, toqué la puerta y la empujé, mi mejor amigo levantó la mirada y frunció el ceño al ver a Mike siguiéndome como una sombra. — Aquí están los documentos, firmados y sellados. — dejé el sobre en el escritorio de él. Jay seguía mirando a Mike sin entender qué intentaba hacer con mirarme fijamente. — Está intentando convencerme de conocer a Noah.

Joshua asintió y rió por lo bajo.

— Déjala en paz, Collins. — Mike levantó su mano en dirección a Jay, dándole a entender que se callara. — Qué rápido olvidas a tu ahijado. — soltó intentando distraerlo. Mike lo volteó a ver y negó con su cabeza.

— No me he olvidado de Hansel... — entrecerró sus ojos. — Pero quiero conocer a mi nuevo ahijado. — mi carcajada resonó en la oficina, haciendo que la sonrisa burlona de Jay danzara en su rostro y la mirada confundida de Mike se apoderara de sus ojos.

Antes de que pudiera preguntar o yo pudiera explicar, la puerta se abrió de nuevo, dejando ver a una chica pequeña adentrándose en el lugar con mucha seguridad; seguridad que había tenido que ganar en poco tiempo para sobrevivir a su propio novio y a los amigos de su novio. Molly me dio una sonrisa inocente e ignoró por completo a Mike, haciendo que se indignara.

— ¿También me acosarás para conocer al pequeño? — pregunté cruzándome de brazos. Ella frunció el ceño y negó con su cabeza.

— No, te traía esto. — sacó del bolso de almuerzo, que traía en su brazo, una taza mediana y me la tendió. — Mi hermano es celiaco y mi mamá hizo un postre ayer por el cumpleaños de él, así que pensé que quizás a Noah le gustaría. — se encogió de hombros haciendo que se viera más adorable de lo que ya es.

— Ves, Mike. Ella es una dulzura. — solté logrando que la chica y Jay rieran, Mike me fulminó antes de dirigirse a la salida de la oficina con sus pasos indignados. — Gracias, — tomé la taza. — te la traigo la próxima semana.

O eso esperaba. Se supone que Matt me dio esta semana para lograr acomodarnos con Noah, sobre todo con los ciclos de sueño, son un desastre; pero al parecer Jay no podía esperar una semana para entregar los documentos, así que tuve que venir hoy, dejando a Alex y a Noah solos; espero volver y que sigan vivos. Tres días de que el pequeño haya llegado y Alex ha pasado ignorado.

Me despedí de ellos y salí de la oficina con la intención de volver a casa antes de que se vuelva una zona de guerra entre un niño de dos años y un adulto de veintiséis con problemas de madurez. Llegué al primer piso, me desplacé hasta la salida y caminé por el estacionamiento hasta llegar al espacio que tenía un letrero pequeño con mi nombre, quité la alarma del auto y subí al asiento del conductor. Escuché mi celular anunciar que tenía un mensaje, rodé mis ojos suponiendo que se trabaja de Alex pidieron auxilio; desbloqueé la pantalla y esperé a que el mensaje de abriera.

Leí una y otra vez el mensaje sin entender realmente lo que decía, tenía que ver con un problema en el departamento, con la palabra "INUNDACIÓN" en mayúscula, seguida de "casa"; el mensaje venía del número de Hannah. Tecleé una respuesta rápida y preferí desviarme un poco hasta Queens para asegurarme de que mi hermana y Hannah siguieran vivas.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora