Ángel-Demonio [KookMin]

Creatures of the Night

¡Hola!, Espero que les guste este capítulo, decidí hacerlo un poco más largo que los demás. Muchas gracias por todo su apoyo.

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JungKook, con el ángel pisándole los talones, había visitado muchos lugares durante dos noches seguidas, buscando al que consideraba el mejor rastreador de la ciudad. Sin embargo nadie decía nada, aunque tampoco le sorprendió, delatar el lugar de descanso de un hijo de la noche era algo que ellos consideraban imperdonable, y el precio era la muerte. Pero JungKook no estaba tan cabreado solo por eso. Ya no tenía dinero suficiente para pagar otra noche en un hotel, apenas tenía para darle de comer al ángel, quien se había pasado los dos días reventándole con preguntas. Su paciencia estaba llegando a su límite y por el bien de todos era mejor que la conservara, pero él se comportaba como un niño curioso, insaciable, tanto que había terminado odiando las preguntas ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿De dónde? Y lo peor del caso era que se sentía atrapado en un callejón sin salida. Necesitaba encontrar a Azore para aclarar todas las inquietudes que habían crecido en su mente, pero sobretodo, para deshacerse del ángel. Porque JungKook estaba seguro de que él lo seguiría hasta el mismo infierno con el fin de lograr averiguar algo en concreto, aunque visitar ese lugar estaba muy lejos de sus deseos. Sin embargo, empezaba a creer que si los arcángeles estaban vivos estarían allí sin duda.

-¡JungKook! – grito JiMin. El joven se sobresaltó y lo miró con ira. El ángel lo sostenía por un brazo sin que se hubiera dado cuenta, parecía asustado y miraba algo fijamente, siguió sus ojos y frunció el ceño. Ni siquiera se había dado cuenta por donde caminaba, y ahora estaban parados en medio de una calle solitaria y oscura, en donde una figura los observaba a varios pasos.

JiMin sentía algo extraño bajo el pecho, algo que lo asustó. Al ser que tenían delante le brillaban los ojos en medio de la oscuridad y la sonrisa que esbozaba daba escalofríos, pero lo que le resultó verdaderamente extraño era su aura, la de las almas en pena eran plateadas, la de los humanos colorida y la de los demonios tan oscuras como sus propios corazones, sin embargo, aquel ser no poseía una. Hasta un ángel de alas cortadas irradiaba el color gris de su esencia. JiMin se preguntó qué era aquel ser.

Lo observo detenidamente, como si así pudiera dar con la respuesta, miro su sedosa cabellera rubia, la palidez de su rostro y el brillo plateado de sus ojos que le impedían ver su verdadero color, pero no encontró nada más.

-¿Sabes? – hablo el ser, cambiando el peso de una pierna a otra – Cuando me enteré de que alguien me estaba buscando quise hacer caso omiso, de hecho estoy en medio de unas vacaciones. Sin embargo, después de que me dijeran quien deseaba verme cambie de parecer, más bien me entró una curiosidad enorme, puesto a lo que ocurrió en nuestro último encuentro.

-¿Es que nadie sabe olvidar el pasado? – replicó JungKook con fastidio, el ser sonrió mostrando una blanca y perfecta dentadura. JiMin noto lo largos que eran sus colmillos – Si te he estado buscando es solo para hacer negocios...Yoo Youngjae.

-Umm, negocios ¿No? – Inquirió Young con una filosa sonrisa – Pero dime, ¿Desde cuándo tenemos ángeles de guardaespaldas? Eso sin decir que creí que ya no quedaba ninguno – JungKook miró a JiMin, sus ojos negros estaban puestos sobre YoungJae y su expresión era confusa.

-¿Desde cuándo crees tú que necesito un guardaespaldas?

-No lo sé, tal vez porque hay un montón de demonios que te quieren muerto, incluso algunos han querido contratar mis servicios para que te encuentre, pero lo que pagan no es... digamos bastante. Nunca permaneces en el mismo lugar el tiempo suficiente para seguirte – JungKook sonrió con burla y orgullo.