Respondí todas las preguntas del examen, dudando en la respuesta de cada una, por lo visto, algo había fallado, no estudié lo suficiente, o ya se, es que estuve todo el tiempo pensando en el profe. Le puse mi nombre a la hoja y lo revisé dos veces antes de pararme, fui hasta el escritorio y le entregué el examen al profe, hablando con Dios internamente para que todo me saliera bien.
—¿Respondiste todo? —preguntó mi sexy maestro antes de que me fuera.
—Eh, sí —respondí insegura.
—Sandra, realmente quiero que salgas bien en el examen. —Alcé una ceja en señal de asombro. Me llamó Sandra. Creo que se dio cuenta de mi sorpresa, porque me respondió: —¿Te puedo llamar así?
—Si, como quiera. ¿Me puedo ir? —Por mi llámame amorcito —pensé.
—No, aún no se ha terminado la clase. —Se me acercó y me susurró: —Pero puedes salir unos minutos si lo deseas, solo ven rápido ¿sí? Antes de que comience el receso corto.
—Es..está bien.Salí y fui al jardín a respirar aire fresco. Tal vez fuera la última vez que lo haría, todo dependía de mi calificación en ese examen. Me senté en un banco. Reí.
—¡No es para tanto! Seguro que si no paso este examen, en el próximo me va bien. Además, no creo que vaya a salir aplazada. Todavía si me hubiese copiado y me descubren, pero afortunadamente no cometí esa estupidez. —Trataba de tranquilizarme. Yo estaba acostumbrada a tener muy buenas calificaciones y estas cosas siempre me ponían nerviosa.
Estuve mucho tiempo así, pero no me di cuenta. Había ido a la cafetería a beber un jugo y regresado al jardín para seguir hablando conmigo misma.
—Ese profe está buenísimo. Y me parece que a veces coquetea conmigo, ¿o será que me lo estoy imaginando? Esa es la cuestión. Pero ¿y si le gusto? Nada.. No pasa nada si le gusto. Yo tengo novio y lo quiero mucho, y él es un profesor... —Estoy aquí de lo más tranquila con mi monólogo cuando derrepente soy brutalmente interrumpida.
—¿Profesor? ¿Estabas hablando de mí?
—¡Oh por Dios! —pensé. Y mis ojos lo demostraron—. Eh, yo. Yo.. —No sabía ni qué decir.
—Bueno, después hablamos de eso. Creo que te tardaste un poco, como ves, pude salir porque estamos en el receso corto.
—Perdón, yo.. —Miré el reloj que tenía en la muñeca, había pasado media hora.
—Ven, vamos al salón. —Me agarró de la mano y me llevó con él al salón de clases. Antes de llegar, me soltó.Me senté en mi sitio y él en su escritorio a terminar de corregir unos exámenes, mientras algunos alumnos que faltaban fueron llegando.
—Ya corregí los exámenes, les voy a decir sus calificaciones y la próxima semana se los entrego. Voy llamando a cada uno, vienen y les digo su nota. ¡James Faraday! —Se paró un muchacho flacuchento, habló dos palabras y se fue a su asiento con una cara no muy feliz—. ¡Brenda Morrison! —Ahora fue el turno de una muchacha gordita con anteojos, ella si tenía buena cara.
La mayoría de los muchachos tenían felicidad en su rostro. Pero yo estaba cada vez más nerviosa. Pasaban los alumnos y no me nombraba.
—Listo. Ya terminé. Levante la mano si hay alguien que no haya nombrado. —Fui la única que levantó la mano—. Los que no nombré (Hey, yo fui la única, profe) se quedan en el salón para que les diga su nota. Los demás se pueden retirar.
Todos salieron como disparados del salón, afuera se armó un bullicio, parece que casi todos pasaron el examen, espero haberlo pasado también. Hayley y Britney me miraron desde afuera. Yo les hice señas de que no iba a salir aún, que se fueran. Me acerqué al escritorio.
—¿Qué hay de mi examen? —Quise saber.
—Lo siento, tú.. —Me señaló—. Tienes la peor calificación del salón. —¡Auch!
—¿En..en serio?
—Sí —respondió delicadamente. Rompí a llorar, no pude evitarlo.
—Sandie, no te pongas así —me dijo dulcemente. Yo lo miré fijamente—. Cálmate, por favor. —Respiré y me calmé poco a poco.
—Es que mis calificaciones son muy importantes para mí. Tengo muy buen promedio.
—Pero ¿qué te pasó? Me parece raro, tu pasaste a la pizarra.
—¿Tiene amnesia profe? —pregunté con tono atrevido sin pensarlo.
—¿Qué? —dijo sorprendido.
—Me refiero a que usted me dijo lo que tenía que poner en la pizarra.
—Oh si, cierto. Pensé ayudarte porque te vi nerviosa. Pero ¿estudiaste, o no?
—Sí, mi novio me explicó los ejercicios, pero no me concentraba (estaba pensando en ti).
—¿Tu novio? —preguntó interesado.
—Sí, mi novio —repetí. Me miró como triste por un momento—. Pero entonces ¿no pasé el examen? —pregunté como último recurso.
—No, lo siento. Pero puedes repetirlo mañana, solo que debes estudiar y concentrarte.
—¡Qué bueno! —Me alegré. Hice ademán de irme.
—¡Espera! —Me regresé—. No puedo permitir que tu novio te vuelva a explicar. Apuesto a que él no es profesor.
—No. —Lo miré raro y como entendiendo lo que me quería decir—. Pero usted sí lo es.Se paró de su escritorio, agarró sus cosas y cuando se iba a ir, se volteó y me dijo: —Te espero en mi oficina a las 5pm. —Y me guiñó el ojo.
*** Hola readers, soy su writer. Me encanta este profe coqueto. ¿A ustedes no? Yo si me caso con él, okno 😂😂😂
Aunque el noviecito no está nada mal. Y es muy lindo también.
¿Ustedes con cuál se quedarían?PERSONAJES NUEVOS:
James Faraday --- Compañero de clases.
Brenda Morrison --- Compañera de clases.PD: En multimedia les dejo un fotito del uniforme del internado para que se familiaricen más con la historia. ***
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Triángulo Amoroso ⚠ Juego Peligroso © No terminada
ChickLitSoy una chica que podrías llamar rara, y no por ser la chica nerd, todo lo contrario. Soy rara porque soy una mezcla de todo: soy la más popular del internado y soy la novia del chico más popular con el que todas quisieran salir. Lo raro de mi es qu...