Nanami miro la ventana del carruaje con cansancio por el extenso viaje que ha recorrido sintiendo como el sonido de la lluvia que ya estaba cesando la relajaba hasta el punto de hacer que sus ojos pesasen un poco, observaba como el cielo empezaba a despejarse mostrando la luna y estrellas que tanto a ella le gustaban.
– Ya llegamos – informo la menor enderezándose al ver como se habrían las grandes rejas para dar paso al carruaje.
Nanami dirigió su mirada a su hermana notando como acomodaba su cinturón de armas, en su cadera como era costumbre para tener más facilidad de tomarlos a la hora de algún momento inoportuno, volvió a mirar la ventana admirando el extenso terreno de los Sakamaki que estaba muy bien cuidado manteniendo elegancia y misterio pero algo desconcertó a Nanami debido a que su corazón dio un revolcón cuando el carruaje se detuvo al frente de la gran puerta, como si supiese algo que sucederá, como si estuviera ansiando un momento, como si le temiese a algo o alguien
– Katsura-san – llamo Nanami a lo que tubo de respuesta fue un simple sonido que indicaba que la escuchaba- ¿Por qué padre quiso que viniéramos aquí? – .
La menor suspiro pesadamente debido al fastidio que le causaba repetirle lo que ya había dicho antes de partir en el viaje– Eres una invitada de los Sakamaki, desconozco la razón del porque te invitaron o del porque debemos pasar tanto tiempo con estas alimañas – expreso Katsura con mucho fastidio– ahora, se buena y baja del carruaje–.
Katsura al terminar estas palabras abrió la puerta y bajo de este con determinación manteniendo una expresión seria y reservada, sin mucho que perder giro sobre sus talones siendo seguida por un servidor de su padre – quien fue el que condujo el carruaje- que iba ayudarle a bajar las pesadas maletas de su hermana y las de ella, pero se vio desesperada al ver que su melliza aun no bajaba del carruaje. De forma educada le pidió al servidor que llevase las maletas a la entrada mientras que ella se iba dando pasos a la puerta donde se encontraba su hermana
– ¿No piensas bajar? – gruño la oji-violeta viendo a los ojos de su hermana, algo que siempre resultaba siendo un error ya que el ver a los ojos de su melliza solía ser un fuerte dolor de cabeza - algo que no tenía razón alguna - aparto su mirada con molestia y se alejo de la puerta.
Nanami en cambio un poco confundida por la típica conducta de su hermana al verle los ojos estaba más aturdida por la sorpresa que se llevo al que le abrieran la puerta tan de repente, en suspiro miro la mansión pensando lo grande que era –aunque ella fuese criada en un castillo- con ayuda del sirviente bajo del carruaje con elegancia y porte como ya estaba acostumbrada hacerlo así como el agradecer con una sutil sonrisa inclinando un poco la cabeza y así después dirigirse al lado de su hermana quien la esperaba en la puerta. Katsura toco la puerta tres veces cuando Nanami se coloco a su lado y sin mucho tiempo de espera la puerta se abrió dejándolas pasar, Nanami con un comportamiento infantil veía a todos lados con una muy leve expresión de asombro y curiosidad al contrario de su melliza que simplemente caminaba a su lado sin mucho interés a su alrededor, sin embargo algo alarmo a esta cabellera negra teniendo como reacción jalar a la oji-grises poniéndola detrás de ella y sacando su espalda lista para cualquier ataque, Nanami desconcertada miro a su hermana notando que miraba algo asique con lentitud giro su rostro a lo que miraba con tanta alarma su hermana viendo un chico de cabellos rojos recostado en un sofá descansando simplemente
– ¡Katsura-san! – regaño la mayor por el comportamiento tan descortés.
– vaya – canturreo otro vampiro de cabellos largos y ojos verdes el cual estaba sentando en el otro sofá- así que eran ustedes – sonrío este.
Nanami apenada trato de que su hermana guardase la espada, ella estaba consciente que así no era la actitud correcta de una visita y aun más si es la primera vez que los veía; mientras que aquellos tres hermanos que esperaron con ansias en aquella sala que estaba a pocos pasos de la entrada solo para ser los primeros en ver de quien se tratase a estas horas. Raito sonreía de forma divertida aunque estuviera preguntándose quienes eran las dos mujeres de vestimentas anticuadas que se encontraban ahora mismo en su territorio, ciertamente no era lo que él esperaba - aunque ni él subiese lo que esperaba - definitivamente no tenía en mente que quienes se acercaban eran de sangre impura, que aunque a Raito le parecía divertido como aquella tierna presa – como él pensaba- de vestido largo y lazo en su cabeza se encontraba sonrojada y avergonzada por la actitud de la otra acompañante de pechos exuberantes a Ayato le parecía irritante que no fuese una "novia sacrificio" y aun más le irritaba la actitud de la poseedora de la espada, a diferencia de Raito, Ayato se encontraba más que todo decepcionado de lo que habían traído para sus aposentos
– Oye Teddy, ¿no crees que son muy groseras el haber entrado así? – hablo el cabellos morados a su pequeño osito y luego miro a las mellizas, Katsura se encontraba más que irritada al ver a esos tres hablarse de esa forma- aunque Ayato no haya hablado -
Nanami avergonzada se posiciono delante de Katsura y se inclino ante los hermanos– lamento mucho el comportamiento de mi hermana – aunque esta quisiese desaparecer ahora mismo, su tono se mantuvo refinado y seguro.
– Tsk – Katsura guardo su espada manteniéndola de todas formas en su mano mirando a los tres hermanos quienes le causaban irritación.
Aunque era comprensible la actitud de Katsura después de todo era la primera vez que se encontraba delante de vampiros desconocidos, los Sakamaki se mantenían en un misterio para estos dos chicas que lo poco que sabían es que Karl fue quien heredo el puesto de su antepasado como el Príncipe de los vampiros – Y príncipe, por qué el Rey siempre será Drácula- pero demás de eso no se les permitió saber más de ello por lo que Katsura ni Nanami esperaban a otros vampiros del sexo masculino en su espera y menos estos que traían sangre de la primera raza.
Cuanto odio a los vampiros - Katsura
ESTÁS LEYENDO
Nigth's Oath / Emisión\|Diabolik Lovers|
Fiksi PenggemarDos hermanas que compartían la misma alma; el alma de una mujer humana que es conocida como "la única", La única humana que consiguió el puro amor vampírico del mayor de los mayores -Drácula-. Pero algo sucio juega la historia cuando esta alma reenc...