2:Averno 1

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Aquel ángel negro, me había arrastrado hasta las entrañas del infierno, en donde me encadenó en un cuarto
—¿por qué?...— dije con pocas fuerzas, pero el no le dio importancia a mi estúpida pregunta.
El empezó a murmurar unas cosas
—¿y mi otra mitad?—  dije con un poco mas alto
—¿no la viste? Te dejo aquí a sufrir, mientras el gozará la vida eterna— dijo con un tono burlesco— además, te puse la mitad de uno de mis sirvientes para que puedas sentir el dolor completo —dijo mientras esbozaba una sonrisa
—¡demonios, callate!— Dije enojado y de nuevo, me volvió a ignorar.
Escuche una puerta muy pesada abrirse, era otro demonio, con rasgos propios de uno, alas semejantes a las de un murciélago, llevaba una armadura de color rojo brillante y algunas abolladuras y cortes leves, supongo que es un soldado, su ojo de color carmesí se notaba detrás del casco el cual tenia cierta forma de la cabeza de un dragón, portaba un guantelete grande, le llegaba hasta la mitad del antebrazo, en su puño derecho y un espadón. El se arrodillo frente al ángel negro, sacándose el casco y poniéndolo en el piso, yo pensaba que por ser un demonio iba a ser extremadamente horrible, pero resulto lo contrario, su rostro pareciera estar hecho con la mas fina porcelana, su cabello plateado hasta los hombros resaltaba su piel ligeramente mulata, y un parche de color negro cubriendo su ojo izquierdo.
— Mi Señor, Abigail tiene nuevas noticias —exclamó sin verle a los ojos al ángel negro,— bueno... Iré a ver que es... Tu cuida del muchacho, no dejes que nadie entre a este lugar... —ordenó el ángel negro mientras dejaba aquella habitación.
El ángel negro se paro en seco antes de atravesar la puerta
— y Belial, informame si ves por aquí rondando a mi hija, y si la ves, avisale que quiero hablar con ella...—
Una vez dicho esto, el dejó la habitación.
El nombre de aquel demonio era Belial... Sabia un poco de el... Era el demonio de la corrupción... Y eso pero no pensé tenerlo frente a mi.
— Oye... Belial... ¿Me puedes decir en dónde estoy y quién era ese tipo?
— Cuida más tu lengua mortal, el es el mismísimo señor de las tinieblas, y ¿adivina dónde estas? —dijo mientras se ponía de pie y se colocaba el casco
— tks... Gracias por la "gran" información —dije enfatizando el sarcasmo en la palabra gran.
Como sea, necesitaba salir de aquí e ir a recuperar mi otra mitad.
— Bueno, es hora de tu tortura —dijo Belial mientras se acercaba a mi— esto no dolerá nada o bueno quizás no a mi —mascullo mientras sonreía sadicamente. El saco un cuchillo de su cinturón y empezó por hacerme una pequeña incisión el pecho, de por sí rasgando mi ropa y mi piel.
Iba a gritar pero, ¿para qué si nadie me escucharía?, las lágrimas caían mientras el seguía haciendo cortes en mi piel.
[...]
Ya pasaron varios días de continua tortura, quisiera que alguien me sacase de este suplicio, no importa cuanto grite, llore o suplique, ese demonio simplemente lo seguirá haciendo, después de todo, ellos no tienen otra elección.

— Oye, ¿por qué ya no gritas ni lloras como lo hacías al inicio? —Dice Belial
— porque ya no tiene sentido, tu te alimentas de eso... Así que no te seguiré dando el gusto...
—Bueno, bueno, no quería llegar a esto, no al menos despues de un par de años.
En ese instante él ya no hizo un corte superficial, ahora era profundo y no estando satisfecho el sádico demonio siguió haciendo un corte hacia un lado, abriéndome el abdomen.
Pude ver como mi contenido visceral se derramaba en el piso y no podía hacer nada porque estaba encadenado.
No podía ni respirar, sentía otra vez esa sensación pesada, mis párpados se querían cerrar nuevamente, ¡pero no debo de rendirme! ¡no puedo volver a morir! Y de un momento a otro, ya me estaba curando, sentía que aunque mi contenido visceral estaba en él piso, mi herida se estaba cerrando y sentía que uno nuevo se estaba generando.
— No eres tan aburrido después de todo —el sonríe de lado, yo solo me limite a verlo de reojo.
Él se dio la vuelta de un momento a otro, parecía que le estaban diciendo algo de una forma telepática, porque podía notar su cara de preocupación
— Bueno, lo entiendo, hay una rebelión a gran escala... si, yo ya voy en camino —dijo mientras recogía él casco y se volvía a poner la armadura, ya que después de haberme empezado a torturar él se la quito para tener más "libertad".
— Oye, no te moverás de ahí, ya vuelvo —Dijo con una carcajada mientras se ponía él casco
— claro, como que si pudiera hacer tal cosa...
— Jaja cierto —riéndose a carcajadas mientras se retira de la habitación.
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Bueno, aquí dejo él cap, espero que les guste, denlen una estrellita si les gusto, pueden compartir la historia y bueno, hasta luego :3
E. A.

Entre Ángeles Y Demonios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora