Reloj de arena

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Y el tiempo se detuvo.

El reloj se rompió.
Y con ello, pequeños pedazos de mi corazón
que se ocultaban tras la arena.
Cristales rotos,
dispersados por el suelo que iba hundiéndose ante mis pies desnudos.
Fragmentos de cristal los penetraban.

Pero me daba igual, ya no sentía dolor.

No me quedaba nada,
salvo mi reloj destruido.

Un alma másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora