❖; One-shot.

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No era su idea u objetivo pertenecer ahí. Pero aun así le dolía... y mucho.

Desde pequeño le gustaba sentirse bien en su grupo de amigos; pero poco a poco cada uno se fue yendo por su lado dejándolo perdido y solo al final.


― ¿Cómo te fue hoy, KyungSoo? ―preguntó su tía mientras manejaba el auto.

―Como siempre. Teniendo que soportar las burlas de los demás.

―No me sorprende ―suspiró con pena―, pero al menos mira el lado positivo: has ganado mucha fama. Eres muy popular.

―Al diablo la fama. Yo solo no quiero que me fastidien.

― ¿Siguen con lo de tu "Death note" y tu pacto con satanás? ―la mayor no pudo contener una ligera risa.

―Seguirán con eso hasta que dejen de verme.


Era la misma conversación de todos los días. Las mismas preguntas, las mismas respuestas, los mismos chistes, las mismas quejas. Todo era igual; y aunque ya se haya acostumbrado, todavía se le hacía un poco aburrido hablar de lo mismo todos los días. En otras palabras: su vida era muy, pero muy aburrida.

Su tía pareció notar el cansancio de KyungSoo y tomó la opción de cambiar de tema.


― ¿Mañana es la fiesta de Halloween? ―el menor contestó la interrogante con un casi inaudible "sí"―. Vamos, anímate, KyungSoo. ¿De qué te disfrazarás este año?

―Todavía no lo sé. ¿De satanás, tal vez? ―respondió con sarcasmo. La tía negó con la cabeza.

―Busca algo exótico, algo jamás visto en tu universidad. Te hará bien ser único en ese lugar de porquería.

―Solo lo dices porque mamá hizo eso cuando estudiaba ahí ―cerró sus párpados y suspiró―. La extraño.

―Yo también. ―Llegaron a casa.

― ¿Preparaste leche y galletas con chispas de chocolate? ―preguntó KyungSoo mientras se bajaba del auto.

―Como todos los días, cariño ―repitió la acción del menor y le lanzó el manojo de llaves a su sobrino―. Por cierto, tu padre llamó y dijo que estaría de regreso mañana.


Al menos eso le hizo sonreír en ese típico día gris. Su padre le alegraría la existencia si llegase a volver mañana, aunque no sabía la hora exacta en la que vendría, por lo menos él mismo llamó y dijo que sí, que mañana estaría de vuelta. No con su madre, pero al menos lo tendría cerca a él. Ambos le hacían muchísima falta durante ese tiempo, que fue muy largo a decir verdad... casi un año.

Dejó las llaves sobre el estante colocado al lado de la puerta principal y se metió a la cocina por un vaso de agua. Su garganta había dejado de ser inmortal gracias al club de teatro que por eso necesitaba de agua, muchísima agua. Años anteriores estuvo en el club de canto, también de música clásica, baloncesto y cocina. En este decidió teatro porque... bueno, en realidad no tenía una respuesta exacta. Podría tener un millón de excusas pero nunca una razón exacta.

Tal vez sea porque Park ChanYeol también participaba ahí o, quizá, porque siempre caminaba a solas con Wu YiFan hasta la estación de trenes, dos días a la semana, para que al final ambos se dirijan a sus respectivos clubes. Recién este año se dio cuenta de que los tres vivían en la ciudad de Bucheon, en la provincia de Gyeonggi. La mayoría de los del instituto residían en Seúl o en Incheon.

KaiSoo's Halloween Challenge ― I wanna a perfect soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora