Tres semanas después.
La misma rutina me traía una rosa roja que me encantaba, pasaba toda la noche en la misma silla sentado observándome y al final me lleva a casa.
En el trayecto no hablamos de nada y eso me gustaba, no quería hablar sobre mi vida y que él no me preguntará me agrada, era como si el supiera exactamente lo que no quería hablar del tema.
Pero esta noche fue diferente, mi deseo de sentir sus labios había crecido mucho y no entendía porque creí que jamás permitiría que un hombre me tocará, pero él era provocaba tantos sentimientos en mí, sentir de deseó era nuevo, este sentimiento que el provocaba en mi este deseó, está paz, me así sentir tan segura.
-Una vez más sana y salva en tu casa - me dice mientras bajo del auto y cierra la puerta.
-Gracias - lo observo me acerco a él un poco más y de nada me paro en puntillas y le doy un beso casto, tan solo fue tres segundos, pero para mí fueron eternos se sentía tan bien.
Era como estar en una burbuja, como si todo a mi alrededor se hubiera congelado, era la primera vez que había sentido esto y realmente me encantaba sentir esto.
Me separo de él quien me ve sorprendido por lo que había hecho.
-Adiós - le digo sin más entró rápidamente al edificio. Cierro la puerta de mi apartamento mi corazón latía rápidamente como si hubiera corrido veinte kilómetros, pero tenía una sonrisa en mi rostro que nadie iba a borra.
Muerdo mi labio mientras recuerdo sus labios sobre los míos, todo esto era tan nuevo para mí.
Me voy a darme una ducha y luego me acuesto con una sonrisa, recordando aquel pequeño beso.
(..)
No quería no otra vez, No otra vez, sus manos me daban tan asco, sus labios que no paraba de recorrer mi cuerpo, a mis labios que los mordía y chupaba haciéndome más daño del ya me hacía.
Las lágrimas no paraban mientras mi estómago se revolvía de asco, en mi interior pedía a gritos que parara, aunque mi voz no salía quería que parará, pero él seguía sin piedad haciéndome más daño.
- ¡No! - grito a todo pulmón me despierto sudando, las lágrimas caían por todo mi rostro. Me levanto y voy a la ducha me siento en suelo mientras el agua recorre mi cuerpo, mientras mi llanto no paraba y el dolor no me deja respirar.
Odio tener estas malditas pesadillas las odio tanto, son el maldito recuerdo, el maldito recordatorio del infierno que el maldito de Carlos me hizo pasar.
(...)
Observó mi rostro que no tiene ojeras la pesadilla ya me despertó casi a las nueve de la mañana por lo menos pude descansar más el día de hoy.
Era domingo así que me levanté hacer el desayuno tomo un cereal con leche y nada más, no tenía mucho que hacer así que iba a colocar música me encantaba bailar, pero antes que ponga play escucho que tocan la puerta.
¿Quién será? Será que me encontraron camino con terror así la puerta y abro con miedo de que este al otro lado, pero me topo con aquellas esmeradas que me hipnotizan al instante.
- Christopher - susurro al verlo de pie, estaba usando unos jeans con una camisa azul y una chaqueta negra.
-Hola, Hanna - me saluda luce algo nervioso.
- ¿Qué haces aquí? - le cuestiono no entiendo a que ha venido.
-Quería invitarte a dar una vuelta por la ciudad - tiene sus manos metidas en los bolsillos delanteros de sus pantalones, mientras balancea su cuerpo en señal de nerviosismo.
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Hanna - El pasado vuelve- (+18).
RomanceCreí que mi mundo había terminado, pero gracias a él no fue así. Me di otra oportunidad de volver hacer feliz. Todo está también mi vida todo era perfecto, por así decirlo hasta que él volvio y todo cambio. Hola esta es la segunda parte de Hanna...