Había llegado el día, el momento de escapar... eran las siete y como de costumbre los guardias hacían su ronda, cuando uno de estos se acercó a la celda lo engañe para hacer que entrara, que como lo hice, eso no es algo que deban saber, el punto aquí es que cuando el guardia estuvo a mi lado lo obligue a soltarme al principio se resistió un poco pero luego cedió, la verdad fue más fácil de lo que pensé, había llegado el momento de la segunda fase del plan hacer creer a los guardia que seguía en la celda y así ganar tiempo, ahora el problema como demonios iba a hacer eso, yo no era un brujo como para hipnotizarlos a todos, ja ja ja, no era brujo para hipnotizar a un grupo de brujos, baia que cómico, bueno ahora a pensar como engañarlos.
Un grupo de guardias se aproximaba así que corrí y me escondí tras una columna, asome la cabeza uno de los guardias me vio, estaba a punto de gritar, comencé a jugar con su cabeza, llevándolo atraves de sus recuerdos, dando la ilusión de que yo no existo, de que soy producto de su imaginación.
Una vez que los guardias se fueron, avance hasta la primera puerta, junto a esta dos guardias, uno de ellos tarareaba una melodía mientras que el otro se encontraba con la cabeza gacha y los ojos cerrados, corrí hasta ellos pero por desgracia tropecé, al caer mi cuerpo resonó contra el suelo llamando la atención de ambos el guardia que tarareaba se cayó en seco y el otro abrió los ojos como plato, ambos voltearon a verme, corrí tan rápido como mi condición de no muerto me permitía, antes de que ellos pudiesen hacer nada los cogí por la nuca y golpee sus cabezas lo cual hizo que perdieran la conciencia, bueno al menos que quedasen aturdidos y eso era todo lo que necesitaba, lo malo es que ahora sabían que me había fugado, por lo que me estaba quedando sin tiempo sin embargo ya no tendría que pensar en un plan para engañarlos, eso era un alivio, ahora lo único que tendría que hacer era correr y correr y evitar que me atrapasen otra vez.
-miren ahí está, tras el.-grito uno de los guardias en mi dirección
Corrí y corrí, la adrenalina dentro de mí
Grite y llore sobre el cadáver de mi hermana, mi mente invadida por la ira, con un único deseo, vengarla, quería dejar mi mente en blanco dejar de pensar, cerraba y abría los ojos una y otra vez con la esperanza de que si lo hacía despertaría y descubriría que todo esto había sido solo un sueño, una terrible pesadilla.
Pero entre más lo hacía más notaba que no era un sueño, era la cruel realidad, mi hermana estaba muerta, muerta por mi culpa y sin importar cuanto lo deseara ya no existía nada que yo pudiera hacer.
Me acerque a ella lentamente, no sabía qué pensaría ella al respecto, pero no podía quedarme callada, ella era mi amiga debía saber, sin importar lo brutal que esto fuera.
-Sofí, estas bien, puedes venir conmigo un minuto, necesito decirte algo.-dije tan empáticamente como me fue posible, ella solo me miro con los ojos húmedos y se arrojó sobre mí, casi logro derribarme, yo solo la abrace tan fuerte como pude y deje que llorara sobre mi hombro, después de un rato de sollozos y lloriqueos la aleje de mi de un tajo. Ella estaba a punto de derrumbarse una vez más, debía evitarlo a como diera lugar.
Así que la tome fuertemente de los hombros y lentamente la zarandeé intentando así hacerla reaccionar
-Sofí mírame, Sofí.-comencé a gritar histérica al ver que esta no me escuchaba-sofí por favor-. Ella levanto el rostro y me miro, una súplica en sus ojos, pero aquel instante fue muy brevé, ella bajo la mirada y volvió a perderse dentro de si
Grite desesperada- ¡hay una manera para hacer que vuelva!- ella me miro pasmada, me maldije, debería haber cerrado el pico
Estuve así durante un buen rato, dentro de un torbellino de recuerdos y emociones, momentos de mi vida que jamás podría olvidar, momentos mágicos y únicos, momentos que me hacían sonreír con tan solo recordar, el torbellino giraba y giraba y de pronto me encontraba nuevamente en el día en que conocí a Luis, acababa de iniciar el año yo me dirigía hacia mi clase de historia, una de mis favoritas debo admitir, cuando de pronto en un descuido me agache y no vi al chico hasta que era demasiado tarde y él se encontraba sobre mí, todos mis libros quedaron dispersos en el suelo, el me miro y se puso en pie tan pronto como le fue posible sacudiéndose la camisa me tendió su mano yo la tome y él me jalo poniéndome en pie tras eso se agacho y comenzó a recoger mis libros yo lo imite pero al hacerlo me golpee la cabeza con la suya, en automático me lleve la mano a la frente, él lo noto enseguida-
-¡Lo siento ha sido mi culpa!- Susurro, yo me quede mirando como una tonta, por supuesto que no fue su culpa yo había sido la que se distrajo él no había tenido nada que ver, me miro tímido esperando una respuesta, yo lo mire y le dije
-¡no la única culpable aquí soy yo!- el me miro de regreso -soy Luis.- dijo, no sabía porque pero algo en su voz me hipnotizaba, que me estaba pasando de cuando acá no era capaz de hablar con un chico
-Layla.- alcance a murmurar
-¿perdón que dijiste no te he oído?
-dije que me llamo Layla:- vocifere apenas
-mucho gusto Layla.- al decir esto me tendió mis libros, yo me quede pasmada ¿cómo había podido olvidarme de los libros? Tome los libros murmure un gracias, di media vuelta y comencé a caminar tan rápido como me fue posible pero una mano se posó en mi hombro... gire ligeramente la cabeza y ahí estaba
-Espera podrías decirme como llegar al aula de historia soy nuevo aquí y estoy un poco perdido.- claro que era nuevo eso era obvio me aclare la garganta –a claro, yo también voy hacia halla si quieres puedes venir conmigo.-la idea de ir con él me enloquecía pero que podía hacer, así que solo sonreí y comencé a andar con él a mi lado, ag como odiaba a este chico me volvía loca.
#Primerencuentro ¿Qué les pareció?
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Entre Obscuridad Y Sombras
Science-FictionElla es Layla una común chica de diecisiete años, con una vida completamente normal y despreocupada. Cuando de pronto su vida da un giro de ciento ochenta grados, todo cambia radical mente...Layla descubre la existencia del mundo de las sombras y n...