V

4.8K 711 74
                                    

—Estamos en guerra. Tú quieres dominarlo todo. Quieres... ¿qué quieres?    

Harry examinó a Voldemort. Sus gafas estaban reparadas sobre sus ojos, y casi sentía que más limpias de lo que nunca antes hubieran estado.

Voldemort avanzó hacia él. Su rostro parecía consumido por algún tipo de amargura, pero Harry no contrajo el rostro cuando un puñado de sus cabellos fue apresado entre los dedos del Señor Oscuro. Le mantuvo la mirada y Voldemort pareció relajarse, soltando sus cabellos pero dejando la mano allí, entrelazada a ellos.

—Conocemos un mundo cargado de miseria. Vemos los terrores humanos, las pesadillas en las calles. Va mucho más allá de criaturas, maldiciones y muertes. Vemos la traición y la ignorancia, vemos los prejuicios y el odio. ¿Qué somos los humanos, sino los animales del odio? Del odio estamos creados y del odio nos componemos. Asesinamos animales por diversión y no por alimentarnos. Traicionamos a nuestra propia sangre por obtener lo que nos plazca. Destruimos bosques naturales para alzar pirámides de concreto inútil, desarrollando tecnologías capaces de devastarnos a nosotros mismos. Lo intentamos ocultar todo con la magia, por supuesto; lo intentamos justificar con la magia, con el progreso, con la evolución. ¿Llaman progreso a matar animales destruyendo sus bosques naturales, matando la magia de las criaturas que han estado aquí antes, y que no perdurarán después? ¿Llaman progreso a matar a nuestra sangre en busca de una posición más aceptable entre la sociedad, en busca de beneficios, en busca de la superioridad del ser egoísta? ¿A qué llaman progreso? Llaman progreso a la decadencia, avecilla. No podemos vivir en este mundo; acabaremos en pútrida miseria, todo lo que amamos en peligro, todo lo que creíamos confiar traicionándonos, hundiendo puñales en nuestra espalda. ¿Este es un mundo adecuado para que nos mantengamos de brazos cruzados sin desear cambiarlo?

Harry curvó sus labios en una sonrisa. Entonces, las carcajadas reales brotaron de su pecho, trepando por su garganta. Intentó cubrirlas con sus manos, pero se filtraron entre sus dientes, y fue incapaz de ahogarlas.

Reía. Su risa le sonaba en esos momentos más verdadera que en toda su vida.

—Eres... bueno, eres muy hippy —rió Harry. Voldemort le ofreció una sonrisa encantadora.

—En mis tiempos se nos llamaba "idealistas", ¿sabes?

Harry rió otra vez. Voldemort estrechó los ojos, como si quisiera tallárselos y observar más de cerca, sin creer lo que estaba mirando. O, por lo menos, esa fue la impresión de Harry, que una vez que había comenzado, no podía parar de reír.

Voldemort acabó contagiado. No reía, pero su sonrisa no se borró ni siquiera cuando se marchó fuera de la habitación, dejando a Harry de pie por primera vez en casi una semana. Se tambaleó en sus piernas, pero apenas necesitó alzar la cabeza para hallar los ojos del Señor Oscuro.

—La paz es algo sobrevalorado —susurró el hombre, mientras pasaba los dedos por los cabellos. Harry se sintió incómodo; estaban grasos, y todo él estaba cubierto en una capa de tierra y suciedad. Pero Voldemort no lo notaba, o quizá no era capaz de notarlo mientras le miraba a los ojos, esa sonrisa enigmática y verdadera siendo todo en lo que se había convertido frente a su mirada.

Do we feel safe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora