Archangel, the beginning of the end

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"El comienzo del fin..."

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Salieron nuevamente al pasillo y subieron por la escalera al cuarto nivel. El ángel empujo una puerta y lo invitó a pasar. Aquella habitación era pequeña, con muy poco mobiliario. Solo una cama junto a la única ventana, y una mesa vieja, al igual que las dos sillas a su lado. JiMin se dejó caer sobre una de las sillas, apartando las lágrimas de su rostro. Se sentía vacío.

-Eres demasiado joven para entenderlos.

JiMin lo miró con atención. Su rostro, medio cansino y con ojeras, mostraba una expresión agradable, y sus ojos, de un todo extraño, le indicaron que ya los había visto antes, pero no recordaba donde. El ángel se sentó frente a él y colocó dos tazas humeantes sobre la mesa.

-¿Necesito ser un experto para ver en sus ojos la rendición?

-No se han rendido, solo tienen miedo.

-¡Un ángel nunca debería sentirlo! – grito alarmado y sin pensar bien lo que decía, solo replicando lo que ya le habían enseñado todos esos años en el reino de los cielos, así como su profundo desagrado hacía los demonios, otra práctica más proveniente de su hogar.

-¿Me vas a decir que tu no lo has sentido? – replico el ángel, y JiMin quiso negar con la cabeza, pero un pensamiento se lo impidió. Si, había tenido miedo hacía poco, pero no por él, sino por la vida de alguien en quien confiaba, incluso si miraba más a fondo, tuvo miedo cuando estuvo solo y perdido en el mundo de los mortales por primera vez.

-Toma un poco de esto, te hará entrar en calor – obedeció. Por unos momentos se quedó inmóvil, con la taza pegada a los labios. El aroma del contenido se coló por su nariz e hizo que los ojos se le humedecieran. Era café.

Por un largo rato ninguno dijo nada. JiMin no había vuelto a tocar la taza, intentaba calmar la tempestad que rugía en su interior, el dolor que lo embargaba era amargo y deseo que desapareciera. Se dijo que en aquel lugar no encontraría nada que lo ayudara a intentar rescatar a los arcángeles. Pensó en buscar a los otros que había percibido, pero el deseo se desvaneció, algo le decía que se toparía con el mismo panorama desalentador que allí habitaba. Pero tenía que hacer algo, no se quedaría de brazos cruzados.

A su mente aturdida llegó el recuerdo de Jungkook, él siempre tenía un plan, una vía de escape, aunque tal vez todo había sido eso, un maligno plan en su contra. Se puso en pie y reprimió las ganas de volver a llorar.

-Tienes la misma mirada que Nam aquella noche – JiMin lo miró con sorpresa, eran pocos los que conocían el sobrenombre del arcángel Miguel. No recordaba ya la última vez que lo vio. Tenía varios recuerdos entremezclados y no lograba identificarlo. Miró a aquel ángel con curiosidad, pero no con los ojos, sino con su esencia. Y lo que vio, no le gusto. Todo en él era tristeza, soledad, había sufrido mucho durante toda su existencia. Las ojeras y resequedad en su rostro le indicaron que llevaba mucho tiempo viviendo en el mundo de los mortales. Hacía mucho que había perdido sus alas, en una noche oscura. Había más, pero no se atrevió a continuar mirando.

-Lo siento – se disculpó.

-Y no me equivocaba, incluso sientes lo mismo que sintió NamJoon.

-No sé de qué hablas.

-Dolor, ira y miedo – JiMin tomó aire, no lograba procesar la situación – Has perdido algo que llegó a convertirse en una cosa muy importante para ti – y se llamó tonto, olvido que viendo en su interior él también vería en el suyo – Siéntate, pequeño – obedeció sin muchas ganas. Lo único que quería era marcharse de aquel lugar.

Ángel-Demonio [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora