CUATRO

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Otra noche más que se que Manuel esta en mi casa, durmiendo en la habitación de mi hermano. No me olvido del beso que nos dimos, aunque era un beso actuado, no me olvido de él, de su rostro, ni de su sonrisa. Todo el tiempo esta en mi cabeza, haciendo que deje de concentrarme en mis estudios. Manuel y Agustín se hicieron grandes amigos, Manuel pasa mucho tiempo en mi casa, eso creo que hace no me lo saque de la cabeza. Pensaba en él hasta que al fin lograba dormirme.

"Hija, hija tu hermano... levántate rápido por favor". Di un salto de la cama cuando me di cuenta que era un sueño. Estaba toda transpirada y tenía el corazón acelerado, como aquella noche. Salí de mi habitación y fui hasta la de Pablo, estaba muy dormido. Al lado de su cama, dormía Manuel en un colchón en el piso.

Baje a la cocina a tomar un poco de agua. Me senté un rato y mi cabeza no dejaba de pensar en esa noche tan horrible que una vez pasamos, la peor noche de mi vida.

Hace tiempo que no tenía una vez más ese sueño, después de que paso todo, lo habré soñado un par de noches y después nunca más. Me levante a dejar el vaso en la Cocina, el sueño se me había ido, así que me apoye sobre la mesa y mi cabeza no dejaba de trabajar. Sentía que podía pasar nuevo, que mi mamá me iba a despertar llorando diciéndome que Agustín se había hecho daño. No olvido nunca esa noche, no olvido los llantos de mi mamá y menos que menos, no me olvido de mi hermano tirado en su cama muriéndose.

Nunca hablo del tema, nadie sabe que es lo último que pienso en el día y lo primero cuando despierto. Me aterra saber que puedo llegar a perder a mi hermano, lo único que tengo junto a mi mamá. Sentí como una lágrima recorría mi mejilla, y como el escalofrió me abrazaba. Escuche que alguien bajaba, así que me seque rápido la cara y tome el vaso para disimular que todo esta bien.

- ¿No puedes dormir? - me pregunto Manuel.

- No ¿y tú? - le pregunte sin mirarlo.

- Me desperté cuando escuche que alguien cerro la puerta de la habitación - dijo y se acerco para tomar un vaso.

- Perdón - conteste con vergüenza - tuve una pesadilla y para sacarme la duda que solo era una pesadilla fui a ver si mi hermano estaba bien.

- ¿Que tipo de pesadilla? Debe haber sido algo grave que ni mirarme podes.

- Una pesadilla casi realidad - dije y lo mire a los ojos.

- ¿Estas bien? - su rostro cambio por completo cuando me vio - estas muy pálida.

- Si, si - intente sonreír.

Estaba por volver a mi habitación cuando Manuel se paro frente mio impidiendo que yo pueda moverme, me tomo del mentón y levanto mi cabeza, obligándome a que lo mire a los ojos. Sus ojos eran realmente hermosos, brillaban, sus ojos hablaban por él.

- Tu hermano esta bien - dijo casi sonriendo.

No soporté y me largue a llorar. Me sentía una tonta, pero me sentí segura cuando Manuel dejo el vaso en la mesada y me abrazo. Nunca nadie me había abrazado así, nunca nadie me había abrazado cuando más lo necesitaba.

Lo mire por un segundo a Manuel y después me fui a mi habitación. Me acosté y me dormí enseguida. Manuel me hizo bien, una vez más. Llego para hacerle bien a mi hermano y eso vale mucho.

Manuel llego a mi vida, quizás cuando más lo necesitaba.

El Amigo de mi Hermano  "ADAPTACIÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora