14. Destierro

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Ya han pasado unas semanas desde que Jess, Max y Liam se mudaron aquí. Según los días transcurridos en el holograma ha pasado un mes y unos días más desde que llegamos a ARK. En este mes hemos sido capaces de construirnos un refugio al que poder llamar hogar, conseguir conectar con la esencia de éste mundo, sus criaturas y poder hacernos amigos de algunas de ellas, y descubrir que no estamos solos, conocer gente nueva y mejorar todos juntos.

Y en estas semanas que han estado ellos con nosotros, creo que hemos sido bastante productivos:

· Construimos hace poco un invernadero y empezamos a poner los huertos dentro y plantar semillas encontradas con la ayuda de Bessy (la Triceratops).

· Domesticamos los Raptores que le faltaban a Sam y Juls, y un Pteranodon, para que puedan volar tres personas juntas.

· También construí las habitaciones de Jess y Max.

· Hemos estado yendo a por metal y ya tenemos todos picos, hachas, lanzas de metal y algunas ballestas.

· Hemos matado a algunas criaturas inofensivas (aunque me supiera muy mal...) y nos hicimos con una gran cantidad de piel, con la cual hemos podido cambiar nuestra armadura de tela a una de piel.

) y nos hicimos con una gran cantidad de piel, con la cual hemos podido cambiar nuestra armadura de tela a una de piel

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Esas son las cosas más importantes que hemos hecho

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Esas son las cosas más importantes que hemos hecho. Pero no todo es genial... Durante estos días ha habido muchas discusiones con Jess y Max. Siempre van a su bola y cogen materiales sin preguntar, nos hacen ir lentos a todos y así no se puede. Se pasan el día molestando o haciendo el vago porque saben que están en una zona segura y no hay peligros.

–¡A mí no me das ordenes!

–¡Nadie te daría ordenes si hicieses algo! –oigo gritar a Juls.

Salgo de mi cuarto y bajo corriendo las escaleras para ver qué conflicto es el que ha roto mis tranquilos pensamientos. Me encuentro a las chicas reunidas en medio del salón y los chicos rodeándolas intentando calmarlas, a excepción de Max que parece avivar más la ira de Juls y Erika.

–¿Qué pasa aquí? ¿Qué son esos gritos? –le pregunto a Sam e Ian, quienes están al lado de las dos.

–¡Esta tipa que se cree que puede decirme lo que tengo que hacer!

–Mira niña, ella es libre de hacer lo que le salga del coño. Si no lo entiendes es tu problema –le responde Max.

–¡Diana, esto es insoportable, así no se puede vivir!

–Sabes que tiene razón –dice Erika. –La semana pasada se metieron conmigo por ser débil y bajita, desde que están aquí no han contribuido en prácticamente nada y lo único que hacen es ralentizar nuestro trabajo, comerse nuestra comida y ponernos a todos en peligro.

–Te juro que las ganas de darle una paliza no me las quita nadie –dice Juls entre dientes.

Miro a Sam con cara extrañada y me explica la situación susurrándomela.

–Jessica estaba en la silla sentada con los pies encima de la mesa. Juls estaba construyendo algo y ella le ha pedido que le hiciese una cosa. Juls se ha negado y le ha contestado borde diciéndole que se lo construya ella misma. Entonces han empezado a discutir y... aquí estamos.

–Entiendo...

El ambiente está bastante tenso, sinceramente. Liam me mira y los arrastra prácticamente a la fuerza hacia fuera de casa. Me asomo y veo que empieza a darles una charla así que yo me acerco a los chicos e intento calmar a Juls.

–Intenta calmarte anda...

–¿Calmarme? Es prácticamente imposible. Te juro que no aguanto un día más con la pija esta. Y del lameculos ese ni hablemos.

–Van a la nevera y pillan cualquiera cosa, si ven que queda poco fósforo o no hay no lo reponen y la nevera deja de funcionar –se queja Ian.

–Por la noche están todo el rato hablando y chillando hasta las tantas y no dejan dormir a nadie –se queja Erika. –Todo lo que tienen se lo hemos construido nosotros.

–No reponen la paja ni vierten más heces en el cajón de compostaje y tampoco recogen los sacos de fertilizante que éste produce.

–¡Ni siquiera alimentan a sus animales!

–Hay que echarlos de casa Diana, y lo sabes. Y de la tribu también que si los dejamos dentro o como aliados pueden seguir aprovechándose de nuestras ganancias y nuestro esfuerzo.

He escuchado todas sus quejas, tienen razón en todo, pero... no creo que sea capaz de echarlos de aquí.

–No estás sola, nosotros te apoyamos.

Liam entra por la puerta junto a Jessica y Max. Yo trago saliva y doy un paso al frente.

–No queremos que sigáis viviendo aquí.

ARK: Supervivencia ExtremaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora