Diario "personal"

5 de octubre

Me limpiaba la saliva con un paño seco que usé en la mañana para quitarme los restos de maquillaje que no se había ido con la ducha.

Recapitulemos: cuando tenía la corta edad de 13 años era bulímica, me flagelaba, era bastante estúpida para ver que no me faltaba nada y que solo era un etapa de adolescente que tenía que evitar a toda costa, pero caí, fue poco tiempo, pero no necesité más para ver los drásticos cambios que tuvo mi cuerpo y mi alma, dañé a muchas personas, a mi mamá, a mi pequeña hermana que lloraba sin saber qué estaba pasando y más que a ellas a mi papá, me dijo que todo lo que estaba haciendo le dolía más que la muerte de mi abuela, y esa pérdida es algo que al sol de hoy no ha podido superar. 

Hoy, cuatro años después, todo va "bien", en colegio, igual que siempre, miles de trabajos, profesores con cambios de humor y que creen que prepararnos para la vida es exigirnos, no los juzgo, debe ser que a ellos le hizo falta; pienso que pierden su tiempo, porque puedo decir que lo que más he aprendido no lo he hecho por medio de trabajos, tareas, quices, derivadas, nada de eso me ha enseñado cosas verdaderamente importantes como lo han hecho las pocas experiencias que he tenido. En mi casa, todo normal, papá, mamá, hermana y yo, Wooo, ellos duran una semana tolerándose y dos peleándose, casi siempre por el mismo factor, dinero, y luego vienen los otros, celos, modales... Bla, bla, bla. Seria mejor que se separaran y viviéramos sólo las tres. En fin continuemos conmigo.

Soy bastante común, no leo mucho, soy arrogante, posesiva, envidiosa, no tengo autoestima, juzgo, critico, miento, hago trampa, me encanta el sarcasmo y la ironía, soy lujuriosa, digo bastantes groserías,y creo en Dios. (¿Raro?) trato de seguirlo pero hay tantas cosas del mundo que me atan y no me dejan encontrar esa paz que tanto busco.

Empecé a escribir esto porque básicamente necesito un lugar donde desahogarme, siento que de alguna manera le estoy contando a alguien cercano todo esto. 

Hoy, aproximadamente a las 5:55 me desperté y fui a pegarme un ducha, muy larga, me sentía sucia, el día anterior había roto mi dieta, sí dieta, me demoré casi 30 minutos, porque también tenía que lavarme muy bien el cabello, salí, desperté a mi hermana y fui vestirme, organicé mi cuarto, empaqué mi desayuno y mis onces, y me fui a estudiar; en el carro, con mi tío político, hablamos a cerca de la universidad, en el colegio, la rutina de siempre, ir a diferentes salones cada que sonaba la música, escuchar la cátedra de los profesores, preguntar para parecer diferente y anotar los nuevos trabajos por hacer. Hay un profesor en especial que luego mencionaré. Cuando salí tuve una pelea con mi amiga, mi mejor amiga, mi prima, ella es la mejor mujer que he conocido, siempre piensa en los demás, me soporta, y me ama, pero lastimosamente se cruzó por su camino un hombre, qué digo hombre, un cerdo, que le hizo mucho daño, pero ella lo quiere, y sigue, esperando la aceptación de alguien para volver con él, pero yo sólo pido que lo supere y que ame a alguien que le enseñe verdaderamente qué es el amor, no que lo confunda con ir a leer a u parque en pareja. Me desvié un poco, peleamos por una estupidez, ella siempre que se altera grita, debe ser que así se siente más poderosa, acabo de ver que me pidió perdón, pero esta vez, como muchas veces, yo también me equivoqué, como siempre sólo pensé en mí, últimamente he sido muy insoportable, grosera y tengo que confesar que muchas veces he sentido envidia, sí, de mi mejor amiga, de su cuerpo, de su personalidad, de todo. Me siento horrible por eso, como la peor mierda. Cuando llegué a mi casa, almorcé y dejé que tarde pasara, hace menos de una hora, comí, huevo con mantequilla y una tortilla, y para completar un helado, me tragué aproximadamente 500 caloría, y como estoy a dieta no toleraba esa idea en mi cabeza, así que fui por una bolsa, la puse en el bote de basura de mi cuarto, me encerré, subí el volumen de Cóseme-Beret, me arrodillé e induje el vómito, y mientras pasaba por mi garganta y  me limpiaba la saliva con un paño seco que usé en la mañana para quitarme los restos de maquillaje que no se había ido con la ducha. Pensé en esto. De nuevo, me fallé, les fallé y le fallé.