En aquel cuarto no había ningún ruido más que aquella máquina marcando los latidos del corazón, comprobando que aún vivía. Y es que cualquiera que lo viera pensaría que no es así, golpes por todo el cuerpo, marcas tan visibles que prueban la gran fuerza que impusieron al sostenerlo, pero con un rostro dormido tan tranquilo que hacia hervir la sangre.
Nadie decía nada, no podían decir nada, sólo pedían que estuviera bien aquella persona y que despertara.
Cada uno lloraba en silencio, no entendían como alguien podía ser tan cruel para hacer semejante atrocidad a alguien tan puro como lo era Yuuri.
Todo era silencio hasta que escucharon la puerta abrirse dejando ver a un hombre de bata blanca.
-Jóvenes, lo siento pero la hora de visita terminó, sólo uno puede quedarse con el joven Katsuki - dijo el doctor saliendo de la habitación.
Todos se despidieron del omega que no mostraba señas de despertar pronto, el único que se quedó fue Otabek, por nada quería separar de él.
Las horas pasaban y el moreno no podía quitar su vista de su pareja, sentía que si lo hacia al abrir los ojos volvería la pesadilla de no tenerlo a su lado. Se sentía tan culpable de no haberlo protegido como debería.
De un momento a otro decidió tomar la mano del menor. Sintió un movimiento y levantó la vista al omega.
Éste abría lentamente los ojos.
-¿Dónde estoy? -dijo con una voz muy suave al abrir los ojos y no identificar donde se encontraba ahora.
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Eres mi omega, ¿o no?
Fanfic|AU|Omegaverse|Universitario| Otabek Altin es un alfa sumamente serio, tanto que sólo es cercano a una persona, Yuri Plitsesky, su mejor amigo, quien es un omega completamente diferente de los de su clase. Otabek nunca ha experimentado su celo, ni...