-¡Silencio! ¡Que hay personas al otro lado!- regañó Vergil en tono bajo.
-Pe-perdón, Vergil- dije apenada mientras tapaba mi boca.
Al momento, una pregunta invadió mi mente:
-Amm... ¿Cómo entraste aquí?- pregunté mientras recogía mis compras del suelo.Él se quedó en silencio y al momento respondió:
-...No es ahora de importancia. Vayamos al grano, ¿qué lograste encontrar de utilidad?- preguntó cambiando el tema.
Le conté sobre lo que pude ver en la biblioteca y sobre los libros que sospechosamente tenían las hojas arrancadas.-Y bueno... Según los libros que alcancé a leer, habían unos sobre el origen de La Orden de la Espada. Lastimosamente sólo salió escrito lo que ya se sabe, pero encontré un poco sobre sus integrantes. No sé si te interesará...- ofrecí con algo de miedo. Temía de que no fuera lo que Vergil estaba esperando, pero tenía que hacerlo de igual manera.
-Hmm... Te escucho.
-¡G-Gracias!
-¡Shhh!- volvió a regañarme poniendo un dedo entre sus labios exigiendo silencio.
-Ow... P-Perdón- dije tapando mi boca otra vez, pero ahora ocultando una sonrisa.-Según en los libros que leí, los integrantes más importantes de la Orden se dividen en 3 grupos: soldados, generales superiores y el más importante, el puesto de Su Eminencia que es el cargo máximo de La Orden.- conté mientras caminaba de un lado a otro. -Su Eminencia cede su puesto al mejor general superior cada 3 años para dirigir a toda la Orden. Él da sus misas en los domingos por la tarde, y normalmente la mayoria de ciudadanos asisten.
Los generales superiores son, como su nombre lo indica, los que poseen mayor poder que los soldados, pero sin llegar a la máxima autoridad de Su Eminencia. Ellos influyen en las decisiones de Su Eminencia y pueden participar en reuniones privadas dirigidas por el mismo, así como tambien dirigir un grupo de soldados.
Y los soldados son los de "bajo rango", pero poseen cierta superioridad entre los ciudadanos. Son como la policía de Fortuna. Ellos son los que normalmente merodean en la isla para vigilar y proteger a los ciudadanos en caso de un ataque de demonios que raramente sucede.
-Hmp. Seran un estorbo en mi "visita"- comentó Vergil molesto y cruzado de brazos.
-¡Oh! ¡No te preocupes! Yo... puedo ayudarte en eso.- ofrecí timidamente.
-... ¿Cómo?- preguntó Vergil con indiferencia.
-Yo... puedo salir a notificarte sobre el estado del exterior y tú pues... puedes quedarte en mi hogar, si quieres.- dije con sonrojo en mis mejillas.
-Hmm... No lo sé. Debo de buscar cuanto antes a ese tal de Su Eminencia.- respondió desconfiado.
-Puedes confiar en mí, Vergil. ¡Te lo prometo! Hasta compré cosas extra para ofrecerte en caso de que te quedaras- dije exaltada mientras mostraba las bolsas de las compras.En lo que Vergil pensaba, hubo un corto e incómodo silencio inundando la habitación.
-Tengo otra idea. Yo estoy en una pequeña cabaña un poco alejado del Distrito Central para asegurar de que no me descubran. Con esta información que me mostraste, me probaste lealtad y me gustaría ponerla más a prueba. Quiero que me consigas la información más valiosa la Orden en 3 días. Sí lo logras, consideraré tu oferta.- propuso Vergil con una pequeña sonrisa en su fino rostro.
-...¿Qué?
-Así como oíste, mujer. Quiero saber si en serio eres digna de ayudarme y ser mi compañera.- dijo eso último tocandome suavemente el hombro.Esas palabras me alegraron tanto. ¿Ser la compañera de Vergil? ¿¡Tendré oportunidad con él!? ¡Oh Dios, estoy tan...!
-¡Hey!- llamó mientras chasqueaba sus dedos.- Aterriza de esa nube y respondeme, ¿aceptarás?- preguntó algo molesto.
-Acepto el reto, Vergil. ¡Tendras esa información para cuando vuelvas!- respondí segura de mi misma.
-Muy bien. Entonces veré en 3 días.- dijo dandome la espalda en señal de ida.
-¡Espera!- dije mientras lo agarraba rápidamente del brazo.
-¿Ah? ¿Qué pasa?- preguntó molesto.
-Umm... Tienes que cumplir tu parte del trato...
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Un Peligroso Amor
Fanfiction[En Emisión] Esta es la historia de ________, una joven asistente de una biblioteca que se llegó a enamorar profundamente de un extrangero desconocido quien resultó ser uno de los hijos de el Gran Caballero Oscuro, Sparda. ¿Qué locuras puede causar...