La verdad es que Nahuel no puso muy buena cara cuando nos vio entrar en casa agarrados. Por supuesto, Jacob le gruñó al pasar a su lado de camino a la cocina y yo tuve que regañarle un poco, pero en cuanto traspasamos la puerta de la misma, mi mejor amigo se puso a silbar y empezamos a preparar la cena como si nada. Le pregunté a Nahuel si quería cenar con nosotros, con el correspondiente medio enfado de Jake, aunque volvió a sonreír en cuanto escuchó a nuestro invitado decir que prefería ir de caza por la mañana. Cuando uno prefiere la sangre fresca, se puede aguantar mucho sin comer otra cosa, así que no me extrañó.
Después de cenar y recoger la cocina, subimos a mi habitación. Me puse mi camisón de Snoopy y, mientras yo hacía unos deberes que había dejado para última hora, Jake se puso a ver esa vieja revista de coches antiguos que ya había visto quinientas veces pero que le seguía encantando. Me dio un poco de pena quedármela, sabiendo que era su favorita, aunque él insistió en que lo hiciera.
Cuando Jake se quitó la camiseta para irse a dormir al pasillo, me percaté de que se tendría que desnudar para transformarse – si no quería destrozar su ropa – y la imagen del río barrió cualquier otro pensamiento de mi mente. Le pregunté tímidamente, por curiosidad más bien, si se quitaba la ropa en pleno pasillo y se rió a carcajadas. Después de hacerme enfadar con sus típicas bromas, me explicó que se quitaba los pantalones en el baño y que se transformaba saliendo por la puerta por si a mi tía la Barbie se le ocurría pasar por allí.
Por la noche, ya en la cama, me costó mucho conciliar el sueño. No dejaba de pensar en la imagen de Jacob caminando desnudo por el río, en su imprimación, en la pulsera… Al final, me dormí por puro agotamiento.
Jake me llevó al instituto en la moto, aprovechando que había pocas nubes en el cielo. La había traído el día anterior, ya que tenía que reparar su coche. Me encantaba ir en su Harley Sprint negra, agarrándome a su cuerpo calentito y sintiendo la sensación de libertad, aunque en esta ocasión mi padre me obligó a ponerme el casco y ya no era lo mismo. Me despedí de él cuando vi a mis amigas y, por supuesto, Brenda no le quitó ojo hasta que entramos en el recinto.
Por alguna razón, ese día se me hicieron las clases larguísimas. Hasta que llegó la hora del almuerzo, casi me parecía que ya había pasado una semana entera. Hablamos de lo que habíamos hecho el fin de semana, aunque yo tuve que maquillar muchas cosas, como el partido de béisbol, y omitir otras, como la persecución de un posible licántropo. A Brenda casi se le cerraban los ojos de la rabia cuando le dije que había pasado toda la tarde del domingo con Jacob a solas, si le llegara a decir que le había visto desnudo y que estaba imprimado de mí, me hubiera clavado el cuchillo. Me reí con malicia en mi fuero interno.
Por fin, las clases terminaron, y cuando salí del centro con mis amigas y me despedí de ellas como era debido, me acerqué a Jake corriendo para abrazarle y olerle. Me di cuenta de que eso era lo que había estado esperando durante todo el día. Podía sentir la mirada de odio de Brenda clavada en mi espalda, eso hizo que lo abrazara más fuerte, para gusto de él – y mío, para qué negarlo -.
- He hablado con el Viejo Quil sobre tu pulsera y quiere verte – me anunció mientras me daba el casco.
- ¿A mí? – pregunté, extrañada.
- Sí, quiere hacerte algunas preguntas, nada más. No te importa, ¿no? ¿O tenías algún plan?
- No – me encogí de hombros -. En realidad, me apetecía ir a La Push para ayudarte en tu garaje, así que...
- Genial – contestó él con una sonrisa.
Me puse el casco y me subí a la moto después que él. Brenda se moría de la envidia cuando me arrimé todo lo que pude a Jacob y le rodeé con mis brazos, palpándole el pecho con las manos. Esta vez no me reí, me carcajeé con maldad en mi interior. El casco me tapaba el rostro enrojecido pero lleno de satisfacción, y además Jacob estaba disfrutando de lo lindo. ¿A quién le iba a amargar un dulce de vez en cuando?
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JACOB Y NESSIE DESPERTAR
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. Nº de regi...