24.- "Se llama Izabel"

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Llevo varias horas recordando esa foto  _¡Es ella! No hay duda

Con la sorpresa ni siquiera puse atención a la otra chica en la foto, supongo que era Jimena. La verdad es que ambos cambiamos demasiado físicamente en todos estos años, yo ya no soy para nada como en ese entonces, para mi fortuna.

Me da tanta vergüenza el pensar que Jimena pueda enterarse. Al menos Izabel esta lejos. Eso causa sentimientos encontrados en mí.

Me costó tiempo olvidarle, y ahora que soy realmente pleno al tener a Jimena en mi vida... tengo que dormir, quizá al despertar todo esto sea una pesadilla.

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_Anímate Pedro_  dice Erick palmeando mi espalda  _No sabe tan mal_  de un sorbo bebe todo el líquido de su vaso y vuelve a llenarlo con una de las botellas que están sobre la mesa.

_Este no es mi ambiente_  me quejo casi gritando para que él pueda escucharme, hace una negación con la cabeza. Los demás chicos del colegio, que nos acompañaron al viaje, se mueven como locos sobre sus asientos al ritmo de la música que retumba en el lugar.

_Bébelo, vas a pasarla mejor_  dice cerca de mi oído para que pueda escucharlo. Cuento mentalmente para armarme de valor, acerco el vaso a mi boca dispuesto a intentarlo pero me arrepiento al instante que el aroma se filtra en mis fosas nasales.

_No puedo Erick_  digo apartando con asco el recipiente, el hace rodar sus ojos y vuelve a beber de su vaso.

Todos han bebido bastante, están tan acostumbrados que ni siquiera se les nota. Estoy seguro que de ser yo, tendrían que llevarme a rastras después de la primera copa.

No sé en qué momento me dejé convencer de venir. Estaría en mi cama en este momento. Si no fuese porqué papá insistió, no estaría aquí. 

Él y mamá se quejan de mi preferencia por permanecer casi siempre en casa. El único amigo que tengo es Erick Ibarra, y normalmente mis únicas salidas son al colegio. Es un tanto gracioso que precisamente el chico más popular del instituto sea el mejor amigo del chico mas gris de la ciudad. A veces siento que lo hace por lástima hacia mí, de lo contrario... nadie sería amigo de alguien como yo.

Mi amigo es amante de las fiestas nocturnas y todo lo que eso implica. Por el hecho de acabar la preparatoria con excelentes calificaciones, y antes de tomar cada uno su carrera universitaria, nuestros papás nos regalaron un viaje a Cancún. Ya imaginarán quién es el más feliz con esto.

Erick y los demás, como de costumbre, se acercan a un grupo de chicas y ellas les aceptan gustosas. Soy testigo de cómo en instantes están en pleno faje en medio de la pista. Eso parece algo muy normal aquí, el lugar está lleno de jóvenes y otros que no lo son tanto. Alcohol, cigarro y otras sustancias prohibidas acaparan cada rincón.

_Tú puedes_  me doy ánimos  _Es fácil_  sigo intentando convencerme. Tomo de nuevo el vaso entre mis manos y lo acerco vacilante a mi boca. No es posible que a mis 19 años sea tan "X" y... ya saben... 

Tomo una gran bocanada de aire, acerco el vaso hasta sentir el rose del cristal en mis labios. De nuevo ese aroma hace que mi cabeza de vueltas. El ruido está torturándome, y mi boca está seca. ¡Es ahora o nunca!

Siento mi garganta quemarse, el líquido desgarra de él conforme se introduce a mi cuerpo. Mi cuerpo da grandes arcadas y creo que en cualquier momento voy a vomitar. Aprieto con fuerza mis ojos y después de unos segundos me relajo. Busco con la mirada a Erick y logro distinguirlo entre la multitud, está prácticamente devorándose a una chica.

Amor DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora