¿QUÉ? ¿CÓMO? ¡¿POR QUÉ NO ME LARGARÍA DE ALLÍ?!

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Jake, el señor Berty no ha venido y he salido primero.

No he podido avisarte, porque estabas patrullando,

así que Emmett me ha venido a buscar. Voy a hacer un recado y luego te espero en nuestro tronco.

                                         Te quiero.

                                          Nessie.

Volví a releer la nota que me había traído Seth. ¿Por qué demonios no me había llamado a mí para que fuera a buscarla? Me hubiera dado tiempo de sobra. Además, le había dicho que hoy por la tarde iba a estar en nuestra casa, ¿es que no se acordaba? Y encima, en vez de llamarme, me mandaba una nota.

- ¡Qué chica! – resoplé.

Inserté el papel en el bolsillo de mi pantalón y tiré el serrucho en el suelo mientras miraba el teléfono que habíamos instalado en el salón, con irritación. ¿Para qué lo habíamos puesto?

- Oye, Jake, ¿dónde ponemos esto? – me preguntó Shubael, portando una de las ventanas nuevas, junto a Nathan y Cheran.

- Ah - tuve que bajar de mi nube negra -, dejadlas ahí, al lado de la chimenea.

- Vale.

Los tres las dejaron en su sitio y empezaron a medir los huecos de las ventanas.

Me acerqué a la silla, que hacía las veces de mesita para poner el teléfono, y miré si había alguna llamada registrada.

Nada de nada.

Suspiré por las narices.

- Tíos, lo dejamos por hoy – anuncié -. Tengo que ir a buscar a Nessie.

Pasé de dar más explicaciones, no me apetecía.

- No te preocupes, márchate tranquilo – me dijo Nathan -. Nosotros nos quedamos a terminar esto y nos vamos.

- Sí, ya que hemos cargado con las ventanas… - siguió Cheran.

- Bueno, vale. Como queráis – acepté sin problemas -. Gracias, tíos. Nos vemos mañana.

Ya ni me escuchaban. Estaban sumergidos en una conversación de carpintería parecida a las salen en esos programas de la televisión. Sólo les faltaba el peto y la gorra.

Me hicieron un gesto de despedida con la mano y me giré sin más para dirigirme al vestíbulo.

Me di cuenta de que mi camiseta negra estaba hecha un asco, llena de serrín, polvillo y virutas, así que me la quité y la dejé en el pomo de la recientemente puesta barandilla de la escalera. Total, tenía que cambiar de fase para ir a casa de los Cullen, porque ya era bastante tarde y no me daba tiempo a llegar con el coche.

Si me hubiera llamado, habría tenido más tiempo…

Salí de la casa y fui a la parte posterior. Me escondí detrás de un árbol para desnudarme, sacudí los pantalones y los até a mi cinta de cuero, dejé las deportivas junto al tronco y me transformé.

Mientras volaba a cuatro patas, le pedí el informe a Leah para ver cómo iban las cosas por el bosque. Todo estaba tranquilo, al igual que por la mañana, cuando estaba Seth. Ahora que Sam estaba con lo que estaba, él ocupaba su lugar. No hubo protestas, el linaje es el linaje, y Emily había terminado por contar lo de su enfermedad – no sé por qué me molesté en soltar aquella trola que toda la manada se había creído -, así que todos habían aceptado el nuevo y temporal cargo de Seth sin rechistar, él incluido.

JACOB Y NESSIE DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora