Alisson
Como todas las mañanas el estruendoso sonido de mi despertador llega a mis oídos, lo apago, y me dirijo a la ducha.
Me cambio, me pongo unos vaqueros negros y una blusa negra con estampado de los Artic Monkeys, lo convino con una chaqueta negra y unos converse negros. Me veo al espejo y sonrío por que me encanta lo que llevo puesto, me delineó los ojos de color negro, rizo mis pestañas y pinto mis labios con color vino, cepillo mi cabello y doy por terminada la tarea de arreglarme.
Tomo mi mochila, bajo las escaleras y justo cuando bajo el último escalón, un pastel aparece adelante de mi haciendo que casi caiga encima de él.
Mi hermano Jonathan se empieza a reír como una hiena retrasada, y yo ruedo los ojos con molestia y exasasperación ya que no me gusta que se burlen de mi y sobre todo odio mis cumpleaños.
Comienzo a gritar con la molestia reflejada en mi voz —¡Eres un....— iba a seguir gritándole pero mi mamá apareció detrás de él.
—¡Feliz Cumpleaños hija! —mi madre me extiende un pastel que parece vomito de unicornio por todos los colores que le puso.
El pastel estaba lleno de gomitas, chispas de colores, con patitos de colores y 20 velas de color rosa.
—¡Gracias mamá! —intento fingir emoción en mi voz.
—¡Vasta Alisson! Tienes que superarlo han pasado dos años, debes dejar de vivir con tanta amargura, tienes que volver a ser la misma —mi madre comienza a gritar y la ira va aumentado en mi sistema.
La miro intentando retener la rabia, que esta subiendo a grandes cantidades por todo mi sistema. Recordar esas cosas me da coraje, me da tristeza y sobre todo impotencia.
—¡No! No lo voy a superar nunca, tu no sabes lo que es vivir sin recordar que fuiste, sin recordar a tu familia, tus amigos, sin recordar lo que fue de tu puta vida —grito con ira reflejada en mi voz.
Camino hacia la puerta y ruedo los ojos al escuchar el llanto de mi madre, a decir verdad no me gusta verla llorar y menos por mi culpa pero odio mis cumpleaños y ella lo sabe.
Quería regresar pero no quería provocarle más llanto a mi madre, camino hacia mi auto, subo y enciendo la radio. Sonaba Smells like teen spirit de Nirvana, comienzo a cantar y le subo el volumen a la radio.
Comienzo a acelerar cada vez más, hasta que uno de los pocos recuerdo que tengo llega a mi memoria.
El jodido accidente.
Me estaciono en el apartamento de mi facultad y cierro los ojos con fuerza, recordar eso me hace daño pero me niego a ver un psicólogo, mi madre varias ocasiones intento convencerme de que necesitaba ayuda, pero nunca accedí por que creía que solo era una pérdida de dinero en algo que obviamente no funcionaria.
Suspiro repetidas veces y espero hasta estar tranquila, al bajar del auto camino robando miradas de algunos chicos, y otras de las típicas chicas envidiosas. Y como no mirarme si después de dos semanas que llevan en la facultad, yo apenas me vengo presentando.
Ignoro todas las miradas y camino con toda la seguridad, que es posible no le regalo ni una sola mirada o sonrisa a alguien, ni siquiera a los chicos.
Llego a la dirección de esta jodida escuela y suspiro con cansancio —Disculpe, ¿Tendrá el horario que me corresponde? Soy Alisson Alexa Morgan —pregunto con seriedad pero la jodida secretaria no me hace caso.
—¿Disculpe? —digo para que me brinde un poco de atención, pero la muy hija de su mamá no me hace caso.
—Ya te escuche niña, deja de molestar—farfulla con molestia.
¿Niña? ¿Me llamo niña teniendo veinte años? —Disculpe si la molesto, pero es su trabajo hacer lo que le estoy pidiendo —farfullo molesta sin ninguna expresión en la cara.
—Si, ese es mi trabajo, pero tu trabajo es venir todos los días al Escuela, cosa que no hiciste, así que siéntate ahí y deja de molestar por favor —recalca la muy estúpida.
—Se cual es mi trabajo —digo llena de exasperacion.
Tomo haciento en un pequeño taburete color marrón que estaba para la fila de espera.
—Ten —dice dándome el estúpido papel después de casi diez minutos.
Salgo de la dirección sin dar las gracias, y camino a donde tengo clase de Literatura.
Al llegar al salón me doy cuenta de que es demasiado tarde y el salón se encuentra lleno, con un profesor dando clase —¿Puedo pasar? —pregunto seria.
—No, ya les e dicho que no me gusta que lleguen tarde —dice levantando un poco la voz.
—Disculpe por llegar tarde profesor, pero tenía que ir a traer el horario que me correspondía, y la secretaria estaba muy ocupada mascando un chicle —explico intentando soñar dulce.
Al fondo del salón se escucharon unas risitas, que me hicieron rodar los ojos ya que lo decía en cerio.
—¿Por que te presentas al escuela hasta este momento? llevamos una semana trabajando —pregunta.
—Eso es algo que me gustaría hablar en privado con usted —explico sin ganas a lo que el asiente.
Sabía perfectamente que mi caso de pérdida de memoria le daba lástima a la mayoría de personas, por qué me comprendían pero siendo sincera yo solo lo usaba por conveniencia. Aún que algunas veces si llegaba a tener pesadillas, nunca llegue a recordar algo con exactitud.
—Pasa.... Siéntate ahí —señaló un lugar que estaba al fondo del salón y asentí sin ninguna expresión en el rostro.
La clase transcurrió básicamente en miradas de chicas y chicos, críticas de hijas de papi y casualmente regaños por agredir verbalmente a una tipa.Cuando el timbre de salida sonó todos salieron y yo me quedé para explicarle la situación al profesor.
—¿Y bien? Dime cuál fue la situación de tus faltas —pregunta el docente.
—Básicamente tenía que recurrir al médico, tenía que asistir al psicólogo, y sufría de insomnio a causa de las pesadillas que provocaba mi queridísimo trauma —miento para que sea algo más creíble.
—¿Trauma? ¿Psicólogo? ¿Médico? Explica a que se debe —pregunta enfocando su mirada en mi.
—Bien, cuando tenía 18 años conseguí mi permiso para conducir y quería festejarlo, pero mi mejor amiga dijo que esperaramos mi cumpleaños ya que solo faltaba un día, y teníamos que festejarlo. Un día después para ser exacta un 8 de abril fuimos a un antro, y como supuestamente era una nerd me puse la borrachera de mi vida, pero al salir del antro —suspiro sintiendo impotencia por no poder hacer nada pero aún siendo así prosigo —Subí al auto que me había regalado mi padre y conduci pero no sé cómo o que fue lo que pasó pero choque o me chocaron que para mí es lo más probable, y como el golpe que me di fue algo grave quedé en coma por año y medio dejándome con esto sin memoria o al menos eso es lo que me a contado mi madre —explico mirando fijamente al docente.
—Bien ¿Alexa? —pregunta y asiento —Siento mucho tu pérdida de memoria pero creo que no es un obstáculo suficiente para no cumplir con tus obligaciones —dice con un tono bastante tranquilo que me desespera.
—No quiero sonar grosera pero usted no puede juzgarme, usted no sabe lo que es vivir con constantes idas al médico para que revisen si está bien su cerebro, o ir a un maldito psicólogo para intentar borrar un trauma con el que tiene pesadillas constantes —explico por último caminando hacia la salida —Ahora si me disculpa tengo más clases y no quiero llegar tarde —digo pero al tomar el pomo de la puerta.
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En mi memoria
Teen Fiction¿Que haces cuando tu vida cambia por completo por una persona que no conoces ni su nombre?...... ¿Cuando tu vida da un giro inesperado, y lo más cómico, no te acuerdas ni lo que fue tu vida? Soy Alisson Morgan, estudio el primer grado de la facultad...