¿Que tan malo puede ser? ººOne-shotºº

Única parte

¿Qué tan malo puede ser?

Eso me pregunte antes de volver con aquel chico que me había roto el corazón en una ocasión.

Una piensa que volviendo todo será como antes o incluso peor, que evitando esos problemas del pasado todo estará mejor, pero, estaba muy equivocada.

Eme aquí, con un corazón aún más destrozado como la primera vez, con las alas rotas y la mirada vacía, con una mínima esperanza de que pueda volver a sonreír. Me deje llevar por las palabras bonitas que me endulzaron el odio y caí de nuevo en las trampas de esa vil bestia que había atacado miles de almas jóvenes con la ilusión de que podrían tener una linda historia de amor como en los cuentos de hadas.

Fui una tonta... ¿Verdad? Mis amigos me lo decían, él era malo para mí,

-¡Entiéndelo! ¡Él no te quiere!! Solo te está usando como su juguete ¡

- Solo te pido que no te ilusiones, él se acostumbra a solo estar un rato con una chica, luego simplemente desaparece, ¿y su presa? Esta escondida, evitando que todos la coman viva por ser una más de sus putas.

Cuantas llamadas de atención tuve y no le hice caso a una sola, maldigo el día en el que se me acerco, cualquiera se desmayaría con tan solo ver esa sonrisa tan vivaces que era característica de él, pero por dentro solo era una bestia que asesinaba a sus presas, solo un poco de sexo y adiós chica, tu y yo jamás nos hemos visto ni hablado.

Todo paso tan rápido, en un abrir y cerrar yo ya me encontraba presa de sus garras, mi vida se fue al carajo, yo imagine que si volvía con el todo sería maravilloso... Pero que equivocada estaba.

Ya no puedo con tanta tristeza, y yo intento, juro que intento, y sigo intentando, pero no se va, y yo no sé cómo sacarla. ¿Por qué retenemos las lágrimas aun cuando estamos solos?, Ya no quiero ser temporal para nadie, nunca eres la misma persona luego de que te rompen el corazón. En cualquier sentido, un amigo, tu familia, tu pareja, hasta un recuerdo. Provisionalmente, cuando sanas las cosas no son diferentes, dejas de creer en las personas, en las promesas, en el amor, en ti mismo. Cambias, pierdes y se rompen partes de ti que no sabías que tenías o necesitabas, te vuelves vulnerable y lleno de cicatrices. Vives con el miedo constante de caer otra vez en lo que te costó trabajo salir.