La niña

11 0 0
                                    


No sé cuánto tiempo tengo pero.

Tratare de explicar todo lo que ha sucedido a detalle.

Me llamo María, vivía en un pequeño rancho a orillas de la carretera que va rumbo a la ciudad. A unas dos horas a carro más o menos. Encontré esta vieja grabadora debajo de un montón de basura en el granero. Espero que aun tenga suficiente memoria como para guardar todo lo que necesito decir.

Todo comenzó hace dos días.

Era una calurosa tarde de martes, me encontraba en el establo, fue construido por mi padre antes de su muerte.

Estaba con mi madre terminando de meter un par de vacas que le habían regalado. La camioneta se descompuso después de traer las vacas en ella, así que estaríamos un tiempo alejadas de la ciudad.

Un carro negro se había estacionado justo en la entrada del rancho. Creímos que el conductor estaba haciendo algo importante a tal grado que necesitaba parar el carro, así que decidimos ignorarlo y continuar con lo nuestro.

No tardó mucho en caer la noche, el carro ya se había ido, la luna no se encontraba en el cielo y las estrellas lo dominaban. Antes de entrar a casa y dormirnos, decidí ir a la entrada del rancho, justo donde se había estacionado el carro.

Llevaba una lámpara de aceite en mi mano izquierda.

Mientras alumbraba el asfalto, me percate de varias gotas de gasolina y unas marcas negras exactamente en el lugar donde estuvieron las llantas de aquel carro.

Continuando mi búsqueda, encontré un rastro de un líquido negro aun fresco, unos metros atrás de donde se encontraban las marcas de las llantas.

Parecía como si algo se hubiera arrastrado.

El rastro continuaba a través de la hierba y mientras lo seguía me percaté de que iba en dirección a la entrada del rancho.

Con el miedo de que "algo" entrara y lastimara a mi madre, comencé a correr.

No recuerdo nada más de aquella noche; pero al despertar, mi madre me platico que salió a buscarme.

Dijo, que me encontró inconsciente junto con una niña de vestido rojo con negro, cabello largo y oscuro como la noche. La lámpara se encontraba en sus manos apagada y rota. Era demasiado temprano así que, después de platicarme lo que había sucedido regrese a mi cuarto a dormir.

Al despertar lo primero que hice fue buscar a mi madre, esto porque tenía un mal presentimiento de la niña, ya que mi madre no menciono que había sucedido con ella. La busque por toda la casa, al no encontrarla me dirigí al granero.

Quede estupefacta al percatarme que todos los costales de comida estaban vacíos y amarrados unos con otros formando una cadena.

Preocupada corrí en dirección al establo.

Unos metros antes de llegar a la puerta del establo, me percate de un aroma nauseabundo que al parecer provenía del interior del establo, esto me hizo preparar mentalmente para cualquier cosa que sucediera antes de entrar. Con una mano tapándome la boca y la nariz, y con los ojos cerrados abrí lentamente la puerta del establo.

Con miedo, abrí lentamente mis ojos, todo el interior se encontraba de color rojo; un rojo carmesí, los cuerpos decapitados de los animales se encontraban colgando del techo, aun goteaban sangre.

Con un gran dolor en el abdomen y en mi cabeza, me percaté de que todas sus cabezas se encontraban en lo más profundo del establo. Se encontraban de manera circular y en el centro, la cabeza de un macho cabrío partido por la mitad.

La niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora