I Hate You

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Volvimos a hablar y tu manera tan prepotente e indiferente que mostraste ante mí, me dolió igual que la primera vez que nos dijimos adiós.
Recuerdas que un día te dije que el alejarnos solo era como un "tiempo fuera" para aclarar cada quien sus ideas, pero no entendí que al decir eso estaba poniendo un punto final a esa hermosa historia que empezó con una sola frase "me caes mal" fue la frase que nos ató el uno al otro e irónicamente la frase que nos separó fue "aún te amo".
Recordar todo esto me causa gracia y me provoca una risa estruendosa en la que si te fijas bien hay miles de lágrimas ocultas. Las mismas lágrimas que se originaron cuando supe que te perdí, cuando me desperté y caí en cuenta de que ya no estabas a mi lado, cuando me di cuenta de que ya no iba a poder abrazarte y mucho menos besarte.
Todas esas sonrisas y carcajadas que compartíamos se convirtieron en cicatrices que ahora marcan mi cuerpo, en los lugares donde tus manos se posaban cada vez que te acercaba a mí. Esas cicatrices son demasiadas y con el tiempo y mucho esfuerzo han empezado a desaparecer, pero no sé por qué tú te empeñas en impedir que me recupere y rehaga mi destrozada y monótona vida que trato de mejorar.
Tú has logrado recuperarte o por lo menos eso aparentas y en el fondo de mi ser me alegro por ti, pero me gustaría que entiendas que ahora es mi turno de conocer la felicidad.

Una Chica Sin VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora