¿Qué hice con mi vida?

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Observo los autos cruzar la autopista desde el puente más alto de la ciudad

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Observo los autos cruzar la autopista desde el puente más alto de la ciudad.
Saltar deberá ser una muerte 100% segura. Eso espero...

Llevé el cigarrillo a mi boca para dar una larga fumada, y dejé salir el humo para ver cómo se disipa en medio de la nada, así como fue mi vida... nada.
Quise vengarme, quise cobrar con sangre cada lágrima que derramé por culpa de mi maldito pasado, pero, el destino volvió a ganarme.
Ahora mismo soy Lucy Carlin, mi verdadera yo... mi gran secreto.
Sí, esa misma soy yo, aunque "Katrina Montekbull" haya sido mi escudo para no dejarme descubrir durante tantos años. El odio consumió cada milímetro de mi alma, de mi corazón frío como el hielo que, quema a todo aquel que se atreva a tocarme. Me mataron desde hace mucho tiempo, pero la sed de venganza me mantuvo de pie para hacer pagar a esos monstruos que destruyeron a aquella dulce, inocente y hermosa niña, 18 años atrás.

No miento, tuve la oportunidad de ser feliz otra vez al lado del mejor hombre de esta tierra, pero, el dolor me cegó, y ahora como a todo en mi vida, lo perdí.
Ya no me queda nada...

—Katrina —me llamó Liam (mi ahora ex esposo) a mis espaldas.

Tomé una bocanada de aire y me giré para mirarle, preguntando:
—¿Qué haces aquí? —Una lágrima se escapó de mi ojo, y la limpié de inmediato.
Caminó hasta mi lado y miró los autos pasar a toda velocidad, guardando silencio.

—Yo siempre te he amado, Katrina —murmuró, y otra lágrima corrió por mi mejilla

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—Yo siempre te he amado, Katrina —murmuró, y otra lágrima corrió por mi mejilla.

—Liam —balbuceé —, soy la peor mujer de este mundo. Lo sé. Pero aunque ya sea muy tarde, quiero decirte que te amo como nunca lo he hecho con alguien. Te destrocé con mi absurda venganza, y no sabes cómo lo lamento mi amor.

—Yo fui el idiota, Katrina. Sabía muy bien que nuestro matrimonio sólo era una farsa para mantenerte a salvo, pero me enamoré de ti y no pude evitarlo. Eras prohibida, y yo no seguí las reglas. Así que el único que tiene la culpa de estar hecho una mierda, soy yo, no tú —asumió y al escucharle, me sentí la peor basura de este mundo, ¿cómo fui capaz de herirnos así?

—Tú eras lo único que me quedaba y lo eché a perder...

—Me casaré mañana —reveló y mi corazón se rompió en mil pedazos de nuevo.

—¿Adelantaste tu boda? —investigué en un sollozo.

—Sí —respondió —. Necesito sacarte de mi mente, necesito entender que sólo fui un juego.

—Tú jamás fuiste un juego, Liam. Eres mi realidad, ¿podrías entenderlo? Eres mi absoluta realidad, lo único real en mi maldita vida. Sé que me equivoqué, y no sabes cuanto me odio por ello, pero te amo... te amo tanto que ni yo misma entiendo cómo puedo hacerlo. Desearía poder regresar el tiempo pero no puedo, quiero volver a ser esa niña buena de hace 18 años, quiero aprender a demostrar lo que siento... quiero no haber hecho todo lo que hice, y lo que más deseo, es no haberte lastimado nunca —reconocí sin poder controlar mi llanto —. No voy a desearte que seas feliz con ella porque sé bien que no la amas.

Sus ojos azules se clavaron sobre los míos, y sin dudar, me lancé a sus brazos. Poco a poco me rodeó también y suspiré en cuanto su respiración se sintió en la piel de mi cuello.
No quiero nada más que a él de vuelta...

—Espero que la felicidad llegue a ti, quiero que seas muy feliz, y rogaré a la vida que puedas olvidar tanto dolor, porque hasta que no dejes ir todo ese odio, vas a continuar lastimándote tú misma aún más de lo que ya lo hicieron esos malditos.

—No me dejes, Liam. Por favor no me dejes, no te cases con ella, te lo suplico, quédate conmigo y ayúdame a escapar de este maldito infierno que me mantiene encerrada, pero no me abandones...

—Katrina basta, ya deja esa farsa. Tú sólo tienes miedo de quedarte sola, pero no me amas.

—¡Carajo, cree en mí por favor! —me desesperé.

—Yo ya no creo en ti.

Noté que una camioneta negra se acercaba a toda velocidad y vi cómo la punta de una pistola se asomaba por la ventana del copiloto.
Dejaron escapar una bala para alertarnos de su presencia, y cuando se disponían a dispararme, él me abrazó protegiéndome.

El estruendo que provocan las balas saliendo sin cesar invadió mis oídos y cerré los ojos aferrándome a Liam. Escuché la camioneta alejarse, y me alejé de él lentamente con mi cuerpo temblando y la sangre congelada. 

Mi jacket está llena de sangre pero yo no estoy herida...
Miré a Liam; su camisa está teñida de rojo. Suspiró y cayó de rodillas frente a mí.
No... ¡¡¡esto no puede estar pasando!!! 

—Liam —sollocé y su cuerpo quedó tendido sobre la calzada.
No puedo moverme...

Grité con todas mis fuerzas su nombre, y caí al suelo junto a él.
—Háblame, por favor mi amor, háblame —le supliqué sin obtener respuesta.
Reaccioné y saqué mi celular para llamar de inmediato una ambulancia.
Voy a volverme loca, estoy desesperada.
Apoyé mi cabeza sobre su pecho y le ruego a Dios, por primera vez desde hace tanto tiempo, que no lo separé de mí.
Si él me falta... mi vida acaba. Aunque yo no tiré del gatillo de esa maldita pistola, fui yo quién lo mató.
Todo esto es mi culpa...

Operación Katrina© || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora