capitulo 1. Amor a primera vista

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Era un día lluvioso. El cielo estaba gris, estaba oscuro y hacía frío, al parecer el día no pintaba nada sobre que el sol saliera sí quiera a calentar un poco.
Aún así y con ese horrible clima, su madre había insistido en que debía ir a la escuela.
Él apenas tenía 10 años, él junto con su família se habían mudado de Estados Unidos, dónde él creció, tenía sus amigos y su escuela, a Francia.

Odiaba aquel país.
Con su poca edad ya sabía que se encontraba en un gran y maravilloso país y más "En la ciudad del amor" ... Para él solo era "la ciudad del horror" ya que había dejado todo y hasta lo más preciado; su mejor y gran amigo de toda la vida en Estados Unidos.

-¡Nathaniel! ¡Se te hace tarde y es tú primer día! ¡Baja ya! -gritó su mamá desde la sala-

Él solo suspiró y miró de nuevo él espejo para asegurarse por décima vez que todo esté en orden y que no parezca un payaso mal vestido. Puso un mechón de cabello de un lado de su cara.

Esta vez se hacía más notoria y cada vez más profunda su tristeza.

Su padre estaba lejos, muy lejos por tiempo indefinido. Lo último que supo de él fue una carta donde le pedía que se fueran a Paris y hasta el dinero y los pasaportes les envío, les dijo que era de vida o muerte y que si querían vivir que se fueran sin decir nada, cosa que le dolió mucho, ni despedirse pudo. No podía ni si quiera contactar a sus amigos para decirles que estaba bien, para ellos él simplemente había desaparecido de la noche a la mañana.

Tampoco había superado la muerte de su hermana, había muerto por una enfermedad, eso le dolía, no sabía que había hecho mal para merecer todo esto en menos de un año.

Primero su padre desaparece y solo envía cartas, luego su hermana empeora y cae en cama y en menos de 6 meses muere, luego llega la carta asustadiza de su padre y se van a Francia y para rematar sin despedirse o avisarle a sus amigos. ¿Qué había bueno en todo esto?
Eso era lo único que se preguntaba el joven pelirrojo.

-¡NATHANIEL! -gritó furiosa su madre-

-ya voy - tomó su abrigo y bajo las escaleras, su mirada ya había perdido la vida, se veía apagada y sin una chispa de luz en ella- de todas formas ya no me puede ir peor -abrió el paraguas antes de que su madre dijera algo salió y se fue al auto que ya se encontraba encendido-

-¿Sucede algo? -dijo la mujer subiendo al auto y cerrando la puerta tras ella-

-no quiero hablar madre -posó su barbilla en su mano y su codo en el brazo del auto y miró por la ventana mientras ella asentía y ponía el auto en marcha-

-aquí es hijo

Nath miró la escuela detenidamente.

-es horrible

-no digas eso, es lo mejor que te puedo pagar. Tuve suerte de conseguir trabajo tan rápido y tan bien pagado. No todos los dias eres la secretaria del diseñador más famoso del país -nath solo rodó los ojos, se inclinó y beso la mejilla de su madre-

-que tengas buen dia madre, y es horrible la escuela y punto -abrió la puerta y solo escucho un "igual hijo" de su madre al salir-

Entró al establecimiento sin llamar la atención. Rápidamente ubicó la dirección y allí se enteró de todos los lugares que debía saber.

- bienvenido al horror Nath - pensó el pelirrojo al entrar al salón. -

Se ubicó detrás de todos,  no le animaba la idea de hacer nuevos amigos. Ya había perdido a los que tenía, hacer nuevos no lo motivaba, solo el pensamiento de volver a irse de la manera que se fue de Estados Unidos lo mantenía aislado de toda persona.

Narra Nathaniel

Han pasado 6 años desde que estoy aquí, solo me he hecho amigo de Juleka y de Rose, ellas siempre han sido buenas conmigo. Desde el primer día en que entre por esa puerta ambas me sonrieron y nunca desistieron en hacerme su amigo.

Ellas me trataban como un bebé o algo, ya que me concentian y mimaban de veces en cuando. Aveces Rose decía que yo debía casarme un SU príncipe azul.  Juleka por su parte también apoyaba las idioteces que decía la rubia, pero esta lo hacia de una forma más relista.

-mira Nath, he dibujado esto -dijo Rose sonriendo con una hoja de papel en las manos-

En la hoja se podía distinguir un mal intento de dibujo mío, eso lo sé por el cabello rojo.
Estaba tomado de la mano con otro chico de cabello amarillo, supongo que era rubio por simple lógica, tenía dos puntos verdes en los ojos, por lo que supe que quería decir que tenía los ojos de ese color.

Levanté una ceja sin expresión.

-¡oh vamos Nath! Me ha quedado muy bien

-vamos chicas ya olviden eso

-ahh !! -gritó Chloe, la chica más plástica y mala que he conocido- ¡Adrien! -salió corriendo-

-¿Adrien? -dijeron mis amigas y se fueron corriendo y yo me quede sin intender, yo solo tomé el mal dibujo de mi amiga, por alguna al final se me hizo tierna-

-déjame hacerle un favor a Rose

Tomé mis cosas y empecé a dibujar y a mejorar el dibujo de Rose, obvio yo dibujaba bien, me gustaba hacerlo, digamos que es lo único que no se me fue quitado cuando me mude aquí.

Al pasar el boceto decidí en transformar al muñeco que supuestamente era yo a una chica de cabellos rojos.

-mucho mejor...

Seguí dibujando hasta que sonó la campana, las chicas entraron y momentos después Chloe con un rubio tomado del brazo, el parecía nervioso. Lo sabia por que sonreía igual que yo cuando no quería algo.

En ese momento el subió la mirada hacia mi y me fije que era muy similar al chico que Rose dibujó. Tomé rápido la hoja y la guarde mientras intentaba ocultar el sonrojo.

-¡Valla si que es lindo! ¡No puedo creer que Rose nos halla dibujado juntos! Esto debe de ser un sueño...  Despierta Nath o vas a terminar llorando -decía en mi mente- no no no.. Esto no es un sueño. Ya hubiera perdido mis pantalones si esto fuera un sueño -miré abajo y ahí estaban mis pantalones-

-hola ¿puedo sentarme? -levanté la mirada para encontrarme con esos ojos verdes esmeraldas, no me resisti más, debía admitir que este chico enamora fácil-

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