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Caminaba por los pasillos del campus, me dirigía a la facultad de economía y escuché que me llamaban por "psss", sabía que era a mí porque era el único en ese pasillo. No volteé porque ese no era mi nombre y no es como si me interesaba la persona que llamaba, pues tal persona no me conocía lo suficiente para saber mi nombre.

- Es a ti, el de la mochila negra.- dijo con voz exasperada. Ya sabía quién era pero ella al parecer no sabía quien yo era, porque ese tampoco era mi nombre. Decidí ignorarla un poco más.

De repente sentí un fuerte peso en mi espalda y lo próximo fue el frío suelo. Émelie estaba sobre mi espalda riendo.

- ¿Eres estúpida? - dije una vez me levante. Mirándola como si tuviera problemas mentales.

- Es que me ignorabas.- dijo mirándome.

- Eres estúpida. - afirmé molesto y seguí mi rumbo.

- Solo quería saber como estabas. Y no me has dicho tu nombre.- dijo sonriendo.

- Kenneth.- dije aun caminando.

-Lindo nombre.- la ignoré y entre al aula. Lancé mi mochila a uno de los asientos y me senté tomando mi celular del bolsillo trasero. Entró ella también.

-Escúchame con atención, no tengo por qué aguantar tu mal humor, no he hecho nada para merecerlo. Así que cálmate.- dijo señalándome con el índice y mirándome de manera autoritaria.

Me levanté rápido de mi asiento, cerré la puerta detrás de ella y la acorralé en esta. Su expresión cambió a una sorprendida.

- Yo no me dejo intimidar por ser señalado ni por tu tono duro, eso hazlo con los demás que cumplen ordenes de la niña mimada y rica que no tiene problemas porque su papi se lo consigue todo. Hay personas que si tenemos problemas por lo tanto no somos todo sonrisitas y excretamos alegría por los poros. No estoy obligado a ser amable contigo, ni siquiera a tener los modales de saludarte. Así que aguantas mi mal humor porque quieres y no, no puedo calmarme.- dije, me di cuenta de que estaba muy cerca de su rostro y me alejé, solo un poco para que no pensara que estaba arrepentido. En su expresión atónita pude leer que nadie le había hablado así en su vida y me sentí satisfecho.

-Es bueno saber que eso es lo que piensas de mi porque así puedo decirte lo equivocado que estás. Todo los logros que tengo los he conseguido yo misma, con mucho esfuerzo. Y claro que tengo problemas también. Es cierto que nada es perfecto, así que lo que creas que es más perfecto es lo que más dañado está. La diferencia entre tu y yo es que tu afrontas los problemas de otra manera y los usas como justificación para no ser feliz.

- Imagino ya tus problemas; se te rompió una uña, se acabó el esmalte rosa en la tienda, y otras cosas por el estilo.

- Que poco me crees, no soy tan superficial. Pero no tengo por qué contarte mis problemas, no confiaría en ti ni que fueras el único ser en este planeta.

- Si fuera el único, me suicidaría. No soportaría estar a solas contigo por tanto tiempo.

- Es raro porque tu cercanía no dice lo mismo.- dijo mirándome desafiante.

Touché.  

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2018 ⏰

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