Querido lobo feroz:
Sé que ha pasado un largo tiempo desde la última vez que escribí, también sé que esperabas que no volviera a hacerlo, pero aún tengo muchas cosas que decir y, aunque la abuela me ha dicho que es malo encadenar a aquello que no quiere quedarse, me estoy condenando a mi misma al trazar estas lineas.
Creo que es justo que sepas que he vuelto a recorrer el sendero equivocado, con la ilusa esperanza de volver a verte en el lugar de siempre. Voy ahí cada atardecer, agitando la cesta y recogiendo flores ahora marchitas, deseando encontrarte y rogando no hacerlo. El tiempo ha pasado y he podido ver las cosas desde una nueva perspectiva. No. No estoy diciendo que ahora entienda tus razones para irte, pero por lo menos ahora comprendo que ya no era bueno seguir juntos.
Tú, que eres un ser salvaje y solitario, no podrías nunca ser domesticado y yo no debía ser tan egoísta como para ponerte al cuello las cadenas. Y yo nunca podría aprender a vivir en el bosque, por más encantado que este estuviera.
Ahora lo entiendo. No estábamos creados para estar juntos, pero si para encontrarnos, en un lugar solitario mientras yo desafiaba al camino que me habían encomendado seguir. Pero, no te preocupes, no estoy diciendo que esto hubiera sido un error. ¿Cómo podría catalogar de error algo que me hizo feliz?
Oh, querido Lobo, tantas cosas han pasado desde tu partida.
El cuento ha cambiado, el cazador ha vuelto a dormir ya que tú te has marchado y yo he vuelto a ser la joven recatada que usa una capa roja, pero ahora la uso para abrigar a un corazón destrozado. Y duele, duele mucho, pero ahora veo que el dolor a veces es necesario para aprender las lecciones.
No he llorado una sola lágrima desde aquel último día, deberías alegrarte por eso, pero aún hay momentos en que me quedo mirando el horizonte, pensando en todo lo que pudo haber sido, recordando las promesas que nos hicimos y rememorando cada momento que pasamos juntos. En esos momentos la nostalgia me invade sin que pueda evitarlo, pero a pesar de eso no dejo que me derrumbe. Tomo valor de todo lo bello que tuvimos y me digo a mi misma que puedo seguir adelante, contigo o sin ti.
Lobo, aunque mi piel se ha librado ya de las marcas visibles de nuestros apasionados encuentros, tus garras dejaron huellas que nunca se podrán borrar y que me condenan a recordarte siempre. Y tus colmillos siguen rasgando mis labios como sí aún estuviera besándolos. Incluso hay veces en las que aún puedo sentirte sobre mi, respirando sobre mi cuello o susurrándome cosas al oído, en esos momentos despierto agitada y con el corazón temblando. Al borde del abismo, pero sin llegar a caer.
La verdad es que sigues atormentándome, sigues causando suspiros y revoluciones dentro de mi cabeza, pero sé que eso algún día pasará, podré librarme de tu fantasma, ese que sigue merodeando en los rincones y esperando verme a solas para aparecer. Pero por ahora aún sigo acostumbrándome a tu ausencia. Es más fácil de lo que esperaba, pero no por eso ha dejado de ser importante, sólo que ya no espero verte saltar de entre los arbustos para rodearme con tus brazos.
Tal vez, en el futuro, recorriendo ya otros caminos, encuentre a un príncipe azul o un simple campesino, que me ayude a superar lo poco que me queda de nuestro recuerdo. Que rompa las sogas que aún me atan a ti, pero hasta que eso pase seguiré caminando lentamente, recorriendo el sendero una y otra vez hasta que encuentre como salir de él. Por mi misma.
¿He dicho ya todo lo que necesitaba decir? No estoy muy segura, ya ves, siempre hubo algo que nos hizo falta, pero creo que eso es todo hasta ahora.
Adiós, querido Lobo, fue un placer conocerte y pasar contigo todo lo que pasamos, fue un placer ser tu cómplice en tantas aventuras dentro del bosque oscuro, pero sí ya no puedo tenerte a mi lado, ya no debo seguir gritando tu nombre cuando nadie escucha, así que esta es la última vez que vas a saber de mi. Es la última vez que inmortalizo tu figura en cualquier escrito. ¿Nuestra historia? Quedará incompleta, sin un final, como pasó en realidad. Lo lamento, pero ya no puedo seguir escribiendo el cuento, no sería correcto acabarlo sin tenerte a mi lado para planear el final. Simplemente esa historia jamas tuvo ni tendrá un final porque nunca tuvo, ni tendrá, un inicio de verdad.
Ahora lo entiendo, Lobo, a veces es mejor amar de lejos y en silencio para no atormentar más a nuestros ya cansados corazones.
Tuya hasta que el dolor se acabe, la chica de la capa roja.
Aquella que conoces bien.
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SIN CAFÉ, A MEDIA NOCHE.
PoetryRecopilación de poemas, pensamientos y reflexiones de amor, desamor y cualquier tipo de temas. (Todas las obras aquí escritas son originales de MonseMorales503) #269 POESÍA 3/MAYO/2017 #683 POESÍA 27/OCTUBRE/2016 #763 POESÍA 30/OCTUBRE/2016 #831 PO...