Ángel-Demonio [KookMin]

And it's over

Bueno, llegamos al final de está historia, es el primer proyecto largo que terminó en wattpad, estoy feliz, pero también triste porque ya termino, quiero darles las gracias nuevamente por todo el amor que ha recibido "Ángel-Demonio", por los votos, por aquellos ocurrentes comentarios que me sacaron más de una sonrisa, ¡Muchas gracias!, y pues bueno, ahora a disfrutar del último capítulo...

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Jungkook consiguió salir de aquel infierno con JiMin en los brazos. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para volar, pero sobre todo para que su esencia los sacara de allí. Ya en el mundo de los mortales, descendió, dejándose caer sobre la nieve fresca del bosque en el que se encontraban. JiMin cayó de sus brazos y ambos rodaron por el suelo. Se sentía exhausto, cansado, a pesar de no estar en forma humana, su cuerpo le pedía aire para los pulmones.

De rodillas miró al ángel, se arrastró hacia él y lo tomó en brazos nuevamente. JiMin no se movía, y su esencia era cada vez menos visible.

-JiMin, mírame por favor – suplicó con voz temblorosa – Vamos pequeño, sé que puedes, mírame.

Los ojos del ángel se movieron. JiMin sentía sus párpados pesados al igual que todo su ser, pero alguien le insistía con una voz hermosa que lo mirara. Hizo el esfuerzo y los abrió, ante él había un ser con rostro poseído por el temor y el dolor.

-¿Jungkook? – su voz fue apenas un susurro.

-Sí, pequeño – Jungkook apartó un mechón de pelo rojo de su rostro – Lo hemos conseguido. Los arcángeles han sido liberados – JiMin noto algo extraño en sus ojos.

-¿Por qué estás tan triste? Has salvado al mundo de los mortales.

-Pero no a ti – JiMin esbozo una media sonrisa.

-Al final lo has aceptado, eres un ángel.

-No, no lo soy. Puede que tal vez haya nacido como uno, pero ahora soy un demonio, nada ni nadie podrá cambiar eso – JiMin alzó una mano temblorosa y manchada de su propia sangre y toco su rostro.

Jungkook cerró los ojos y disfruto de aquel tacto, sintiendo como su ser se estremecía. Algo le golpeó el pecho con fuerzas, y le resultó extraño sentir su corazón humano al estar envuelto en su esencia demoníaca palpitando con frenesí. Miró a JiMin y le dedicó una sonrisa cargada de tristeza, cogió su mano y la dirigió a su pecho.

-¿Aun quieres saberlo? – el ángel puso cara de no entender a qué se refería – El por qué mi corazón late tan aprisa.

-Siempre lo he sabido, eres tú el que se ha negado a admitirlo – Jungkook frunció el ceño con suavidad – Pero me gustaría escucharlo de tus labios.

El chico acarició su frágil rostro. Una punzada de dolor le atravesó el pecho al ver nuevamente las manchas de sangre sobre aquellas alas que había admirado tanto. La ira intentó abrirse paso a través de su garganta, pero se lo tragó como una amarga sustancia. Los ojos de JiMin, a pesar de estar desfalleciendo, brillaban con una hermosura única, lo observaban con devoción, con amor.

Jungkook sintió como algo recorría su rostro. JiMin apartó con dulzura las lágrimas que caían de sus oscuros ojos, el cuerpo del chico volvió a estremecerse y una chispa brillante se encendió en su interior. De pronto no le importo llorar, todo su ser parecía dispuesto a entregarse aquello que le abrazaba con fervor.

-Late... late tan aprisa cuando me tocas. Me estremezco cuando me miras de esa manera, tan dulce y hermosa. Las manos me tiemblan cuando el aroma de tu pelo me roza el rostro – Jungkook cogió aire y les dio rienda suelta a las lágrimas – Late... late porque te amo.