— Papá , ¿Crees en el destino?– pregunto el pequeño Demián jugando con su pequeño carrito en la parte trasera del automóvil.
Su padre le dirigió una mirada rápida.
— Si Demi¿Por que ? – pregunto con curiosidad sin despegar la vista de la carretera, no quería accidentes.
—Ayer leí un libro con muchos dibujos – comenzó a explicar el pequeño sin dejar de jugar –. Decía que si dos almas están destinadas a encontrarse lo harían, pase lo que pase – alzó la vista a su padre – ¿ Encontraste a tu alma destinada papá?
El padre del pequeño sonrió.
—Si así es fue tu madre Demi – contesto – Demián sonrió ante esa respuesta que lo dejo satisfecho.
— ¿ Y yo encontraré a la mía ?
—Claro que si Demi – río – pero tendrás que buscarla.
— ¡Lo hare! – chilló.
Su padre soltó un suspiro agotado deteniendo el carro.
— ¿ Que paso ? – pregunto Demián confundido.
— Hay demasiado tráfico – explicó su papá.
Demián alzó su pequeña cabeza pues al ser un niño de 9 años bastante pequeño no alcanzaba a ver más allá si no se estiraba.
Logró ver una larga fila de autos. Paresia que todos querían salir de viaje ese verano. Giro su rostro notando que en la otra carretera que iba al sentido contrario estaba igual.
Detenidos por la multitud de carros.— Ponte cómodo, Demi. Esto tardara – aviso su padre haciendo el respaldo un poco más atrás.
Demián asintió y acomodo su cabeza en la ventanilla viendo a los carros de alado. En la mayoría de ellos había gente como su padre, descansando y esperando a avanzar, otros más en sus móviles y ...
Oh.Demián detuvo su vista en una cabellera de color rojo en la carretera contraria.Intrigado por aquello lo observo con curiosidad, provocando que el otro pequeño de aquel carro se girará a verle.
Demián sonrió y lo saludo con su pequeña mano. El niño aquel le miro confundido durante varios segundos pero después repitio su acción.
Demián al tener ganas de seguir conversando con el niño estiro su mano hasta la mochila del suelo del automóvil sacando un cuaderno.
Tomo un crayon y comenzó a escribir.El chico de cabellos rojos seguía mirándolo con curiosidad al verle moverse tanto.Segundos después Demián alzó el cuaderno en dirección a el.
“Hola, me llamo Demián :D"
El pelirrojo achico los ojos leyendo aquello y sonrió. Repitió al pelinegro y saco un cuaderno de su mochila.
“Me llamo André c:"
Escribió para después enseñarle el cuaderno a el . Demián sonrió al notar que le contesto y cambio de hoja.
“Cuantos años tienes ?"
A André le costó un poco entender la letra y después escribió una respuesta.
“10 y tu ?"
“Nueve – Demián
“¡ Soy mayor! :D – André
Demián dudó unos segundos y después comenzó a escribir de nuevo.
Tardo unos segundos en enseñar la hoja, dudoso de hacerlo o no, no quería que el niño lo tomara de raro.
Al final decidió hacerlo, aún así quizá nunca se volverían a encontrar.