Lágrimas cayeron por las mejillas de la chica mientras unía sus labios con los del chico en un tierno y tímido beso. Posó sus manos en la cintura de esta, atrayéndola más a él, y así hacer esta muestra de cariño más cálida y romántica.
Después de varios segundos, separaron sus bocas en un acto de falta de aire; aún así, fue hermoso. El mejor beso de sus vidas, el mejor beso que alguna vez pudieron dar.-¿No secarás mis lágrimas? -preguntó la chica en un leve susurro.
-Te ves más linda cuando lloras... -Y desapareció. Así como cualquier momento en tu vida o algo que sucede solo una vez, así fue como desapareció sin dejar rastro.
La chica quedó paralizada, perpleja, pero sonreía. Estaba en lo correcto, se había enamorado de ese joven, ese chico le robó el corazón y nadie más.
Pasaron años desde ese episodio y una mujer ya de edad seguía mirando la ventana de la habitación, esperando que su príncipe azul apareciera como hace 27 años atrás.
Las lágrimas comenzaron a aparecer nuevamente, y él también.
-Te ves tan hermosa cuando lloras.