Ella me perseguía, definitivamente, no estaba dispuesta a dejar que la olvidara, deseaba condenarme a amarla para siempre. Respiro, mirando al pasado, lamentándome de la realidad.
Me seguía, adonde quiera que yo fuera, ella estaba instalada desde ya en ese lugar. Era exasperante. No deseaba verla, quería que desapareciera de mi vida.
Ha estado yendo a cada fiesta en Los Ángeles, porque sabía que yo estaría en una. La veía allí y sufría y no me quedaba más remedio que huir de aquel lugar. Me estaba volviendo asocial sólo por su culpa. Y me estaba volviendo loco. Además, ella hablaba mal de mí, a pesar de que todo el daño lo había producido ella, a pesar de que yo era el único lastimado.
Ha estado corriendo, lanzando toda esa mugre sobre mi nombre, porque sabía que yo la llamaría. Y era claro, no dejaría que manchara de esa manera mi nombre, desde luego la había llamado, discutiéndole, expresándole lo mala persona que era, y sin sacar nada en limpio, sin conseguir nada. Había perdido varias amistades, las cuales compartía con ella, pero, ahora que me daba cuenta, la preferían. Claro, yo era el que escapaba de sus fiestas, yo era el que no la quería ver: no podían echarla tan sólo por mí. Yo no era tan importante y, al no conocer mi versión de los hechos, claramente quedaba como el malo de la película. Sólo deseaba que alguien me escuchara, tan sólo eso... Y es que aún tiempo después la recordaba muy bien, lo que pasamos juntos, el bello vestido rojo que usaba y su perfume, extrañaba su perfume, y aquello la favorecía en nuestras discusiones, y aquello me estaba sacando de quicio.
Sé que ese vestido es karma, remordimiento de perfume. Ella debía arrepentirse en algún momento, el karma caería sobre ella algún día y sería ella la que sufriría, comprendiendo así por lo que estoy pasando, comprendiendo mi sufrimiento, y tal vez, arrepintiéndose de sus crueles acciones en contra mía. ¿Nada de remordimientos? Si no sentía nada de aquello, entonces era una persona sin escrúpulos, una mujer egoísta, a la que sólo le importaba su propio bienestar y el tenerme tras ella, aunque no me fuera a tomar en cuenta, por lo que había tomado conciencia acerca de que mis sentimientos en verdad no le importaban.
Me tiene pensando sobre el tiempo en que era mía. Y es que al principio todo era simple y maravilloso. Yo era feliz y suponía que ella también lo era. Creía que me amaba... Pero claramente no era así. Ella no habría injuriado de tal manera sobre mí sí me quisiera.
Y ahora que estoy en paz con ella, ¿qué espera? No me amaba y me perseguía. ¿Qué es lo que quería? No llegaba a entenderlo. Era el acertijo más difícil que me había tocado resolver.
Ella sólo quiere atención, no quiere mi corazón:
Esa era la explicación básica. Ella era una persona vanidosa, lo supe desde el principio. Tal vez sólo odie la idea de mí con alguien más. Deseaba tenerme en sus redes. Deseaba poder hablar de mí y tener atención por ser imposible de olvidar. De alguna manera la detestaba, pero aún la seguía amando. Sólo se está asegurando de que nunca la olvide. Y lo está consiguiendo, pero eso se estaba convirtiendo en la mayor de mis agonías. Porque yo la había visto con otros hombres, pero de alguna manera, ella se las ingeniaba para romper mis nuevas relaciones, sin ninguna razón coherente, sin sentimientos aparentes. Al fin y al cabo, ella terminaba consiguiendo la atención que buscaba.
La última semana había decidido a salir con una chica que recientemente había conocido. Fuimos a una fiesta y allí estaba ella, preparada a verme, preparada a dañarme, preparada a destruir cada indicio de olvido hacia ella que había logrado.
Besó a su cita de la noche, haciéndome recordar los tiempos en que yo la besaba, en los tiempos que creía que me amaba.
Se dio vuelta, me miró y se acercó a mí. Me besó. Y fue tal el shock en el que me encontré, que no pude apartarla. Y la chica con la que estaba desapareció de mi lado y nunca la volví a ver.
Y en ese momento, en el que estábamos cara a cara, supo que ganó. Era mi cara de derrota lo que me delataba y el que no estuviera iracundo, sino melancólico. Ella se fue entonces, con una sonrisa de satisfacción, dejando entrever que se consideraba vencedora. Y lo era, yo no me vengaría, no sería capaz. Porque, a pesar de que jugó con mi corazón y me fue infiel infinidad de veces, absteniéndose de expresar que amase, siendo que yo se lo había dicho un millón de veces, en actos de estupidez, yo la amaba y seguía haciéndolo. Y ella se aprovechaba de esto de todas las maneras posibles.
Y aunque no tuviera la intención de vengarme de ella por mis sentimientos, si esperaba que el destino estuviera de mi lado algún día, haciendo que ella se arrepintiese. Y debía aceptar que tenía aún la remota esperanza de que no fuera sólo atención lo que buscara, sino que la razón de sus acciones, el que odiara la idea de mí con alguien más, fuera amor por mí.
Pero debía dejar de engañarme: Ella sólo quiere atención, no quiere mi corazón.
"Sólo se está asegurando de que nunca la olvide." Ese pensamiento no salía de mi mente, no dejaba de pensar en aquello, porque veía un significado en él, alentaba una estúpida ilusión... "Una estúpida ilusión"... Después de todo, no me era posible aceptar que ella sólo quería atención.
¿Qué me estaba haciendo?
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Relatos de canciones
Short StoryA partir del primer relato que escribí, a base de una canción (Rockabye), adquirí cierto gusto por esto. Así es como nace "Relatos de canciones", donde escribiré muchos más. También estaré abierta a que me recomienden canciones para hacer más ❤️. R...