13.- Más jugadas.

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Armin abrió los ojos y suspiró.

Al estar todo un día en la convención con Nathaniel y Lizeth, lo había entendido.

Le gustaba la pelirroja... Pero ella claramente gustaba del rubio.

Volteo algo incómodo al recordar a su mejor amigo, el exdelegado dormía plácidamente al otro lado de la cama.

El azabache se levantó tranquilamente, se cambió y salió azotando la puerta.

-¿Qué? - Lizeth se incorporó de golpe. Y registró la recámara.

-Buenos días- Habló el rubio tallandose los ojos.

-Buenos días Nath.

El rubio se levantó, Lizeth sonrió apenada, traía un pantalón de pijama y ya, dejando al descubierto su abdomen bien formado.

La pelirroja se regañó internamente y bajó la mirada.

-¿Sabes a donde fue Armin? - Preguntó el rubio tomando su ropa.

-Eh... No... No ha de tardar.

-Está bien, me cambiaré. - Nathaniel entró al baño.

-Soy una estúpida...

-¿Dijiste algo?

-¡N-No nada! - Lizeth suspiró y se cambió rápidamente. Había decidido hacer algo con el rubio, ahora que no estaba Sucrette en medio era el mejor momento.

Nathaniel salió y le sonrió a la pelirroja.

-Oye Nath... ¿hace cuanto no tienes sexo?

El rubio volteo sonrojado a su amiga.

-¿Q-Qué?

-Si, lo hacías como loco y de un tiempo para acá te ves más tenso, cansado, pálido... ¿Hace cuanto no tienes sexo?

-Y-Ya te dije que no hablaré de esto contigo.

-¿Por qué?

-Por que es privado.

La pelirroja rió.

-Vamos, no seas así. Solo es un pregunta simple, no te estoy pidiendo que me digas tu posición preferida.

-¡Lizeth!- La pelirroja soltó una carcajada al ver a Nathaniel tan incómodo. El rubio sonrió.- No tienes remedio...

-Por eso me quieres.

-Eso sí, sin ti no se que haría.

Lizeth se sonrojó al instante con ese comentario. Se acercó al rubio.

-Nath... ¿Por que sigues intentándolo con Sucrette? Mereces algo mejor.

El rubio volteo incómodo.

-Liz... La amo.

-Pero... Ella no a ti, es tan obvio. Puedes encontrar a alguien que si te apoye.

-Cambiemos el tema.

-¿Por qué?

-Por que te pones insoportable cuando hablamos de mi novia.

-No es tu novia.

-Si lo es. Regresamos y no la terminaré. - El rubio se pasó la mano por la nuca y suspiró.-Cambio de tema.

-El insoportable eres tú, siempre te pones de mal humor cuando se habla de ella.

-Me pongo de mal humor por que siempre dices que es mala.

-No digo que sea mala, digo que te mereces a alguien mejor.

-¿Cómo quién?

-Como yo.

Ya estaba, lo había dicho.

Nathaniel la observó sorprendido un momento y luego bajó la mirada.

-Liz eres mi amiga, no me gustaría que esto se vuelva incómodo... Quiero estar bien con Su.

-Nath... Te romperá el corazón, pero aquí estaré yo.

El rubio suspiró. ¿Que se supone que debía decir?

-¡Traje el desayuno! - Armin entró cargando unas bolsas de cafetería. Los observó unos segundos. -¿Interrumpo?

-No. - Nathaniel sonrió y tomó una bolsa. - Gracias.

La pelirroja salió de la recámara y azotó la puerta.

-¿Que pasó? - Armin tenía el impulso de correr por ella.

-Me dijo que cree merecerme más que Su... Yo no puedo... No siento...solo puedo darle amistad.

Armin asintió.

-Iré por ella, ve desayunando que luego hay que irnos.

-Si. Gracias. - el rubio se sentó y Armin salió corriendo.

Encontró a Lizeth esperando el elevador.

-¡Liz!

-Solo dejame sola ¿si?

-No, no es bueno que te quedes triste y sola.

-¿Quien dijo que estoy triste? - La pelirroja lo observó indignada.

-Te acaba de rechazar indirectamente Nathaniel... Creo que es normal que estés triste.

La pelirroja suspiró. El elevador se abrió y los dos entraron.

-¿Indirectamente? Para mi sonó muy directo. Ama a la idiota de Sucrette y yo solo soy la amiga. Pero todo es mi culpa, cuando me dijo que tenía novia debí de alejarme, pero no, me aferré a la idea de que terminarían y yo entraría al juego.

-¿Terminar? Lo siento pero creo que si estás dos segundos con ellos dos, entiendes que su historia va para largo.

-Gracias, me haces sentir mucho mejor. - Lizeth volcó los ojos.

-Lo siento... - el elevador se abrió en la planta baja y salieron. -¿A donde vas a ir?

-No lo sé... Solo, tengo que buscar la manera de luchar por el rubito...

-¿Y si lo dejas ser feliz y tú buscas ser feliz sin él? Digo... Es un gran amigo, pero para rechazar a alguien siempre ha sido un idiota.

La pelirroja rió.

-Eso sí, lo hace con el tacto de un elefante... Pero... Es que con él hablo día y noche, sabe cosas de mi familia que nadie más y... Es lindo...

-Ya entendí, te gustan los rubios. - Armin fingió una sonrisa.

-No, me gusta Nath...

-Si quieres luchar... Estás en tu derecho, pero... Si sale mal... O si necesitas hablar con alguien más que no sea Nathaniel, yo estoy aquí, me caes muy bien y no me gusta verte triste.

-Gracias... Lucharé. Estoy segura que puedo ganar. - la pelirroja se dio media vuelta y llamó al ascensor. -¿Vienes?

Armin sonrió sin ánimo y asintió.

Sabía que Liz saldría lastimada... Pero él... Esperaría.

Juntos Contra Todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora