[LAUREN'S POV]

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¡UGH! - Escuché un gruñido de frustración proveniente del dormitorio principal, medio sonreí y negué con la cabeza antes de dirigirme hacia la fuente del sonido.
Al entrar, pude verla ahí, sentada en el mismo lugar desde hacía casi dos horas con sus anteojos de lectura puestos, las hojas esparcidas por toda la cama y el cabello algo desordenado; se veía hermosa.
Camz, ya es pasada la media noche y aún tienes tiempo de estudiar para el examen, no hay necesidad de estresarte tanto... - Suspiró y me miró con esos ojos color chocolate que tanto me encantaban, su expresión sin embargo, era de evidente frustración y agotamiento mental. Al no obtener respuesta proseguí, al tiempo que me acercaba para sentarme junto a ella y tomar su rostro con ambas manos - Bebé, todo va a estar bien ¿si? - Besé la punta de su nariz y pude verla sonreír muy suave - Eres la chica más inteligente que conozco, sabes del tema, has estudiado mucho y puesto atención en clases... - Esta vez besé su mejilla y me respondió con otra sonrisa, esta vez un poco más pronunciada - Solo necesitas confiar en ti, todo está aquí... - Llevé mi índice derecho a su sien y luego tomé su mano - Necesitas una distracción, tengo algo en mente y prometo que valdrá la pena, pero antes debes prometerme tú a mí que bajarás un poco la intensidad en los estudios, me comprometo a ayudarte - Acaricié el dorso de su mano con mi pulgar y ella asíntió - También necesito una sonrisa ~ - Con la mano que aún seguía en su cara retiré un mechón de cabello, poniéndolo detrás de su oreja. Finalmente sonrió amplio y como consecuencia, mis labios se curvaron también.
Eres la mejor novia del universo, ¿lo sabías? - Dijo suave, riendo un poco más animada, entonces la besé.
Aquel beso comenzó como muchos otros que habíamos compartido, lento y lleno de pequeñas risitas, pero conforme pasaron los minutos se hizo más y más intenso, a tal punto que tuvimos que separarnos un instante para volver a llenar nuestros pulmones de oxígeno. Nuestros ojos se encontraron y pude notar los de ella más oscuros pero brillando con intensidad, conocía esa expresión; era deseo. Sonreí de medio lado y volví a pegar mis labios a los suyos.
Esta vez fui más allá y sin pedir permiso mi lengua se coló en su boca donde una batalla por el control se desató. No me permitiría perder como tantas otras veces a sí que sin pensarlo mordí con cuidado su labio inferior, se estremeció en mis brazos y bajó la guardia; era mía.
Comencé a besarla más profundo mientras mi diestra subía hasta la parte trasera de su cuello, enredando mis dedos en su nuca, jugando un poco con su cabello. Cuando la sentí pegarse a mi cuerpo, detuve el beso y volví a mirarla. Demás está decir que tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para poder hacerlo, pues las olas de calor y deseo recorrían todo mi cuerpo.
Prometí que valdría la pena... - Susurré antes de que pudiera reclamarme, sin quitar mi mirada de la suya, ella mordió su labio - Ven... -La invité mientras me ponía de pie, tomé su mano y caminamos hasta el centro de la habitación. Me separé un instante, sólo para buscar la silla que manteníamos en el escritorio y la cargué hasta ponerla frente a ella. Sin palabras la invité a sentarse y así lo hizo, su mirada aún llena de deseo ahora demostraba cierta curiosidad y me atrevería a decir que hasta algo de ansiedad.
¿Confías en mí? - Pregunté, con la voz ronca y un poco más rasposa de lo común.
Con mi vida... - Habló bajo y yo me deleité con lo sensual que había sonado su voz.
Entonces cierra los ojos y no los abras hasta que yo diga - Me miró intrigada, pero accedió rápidamente a mi petición. Yo, por mi parte, saqué mi móvil del bolsillo y abrí una de las aplicaciones que utilizaba para escuchar música, conecté fácilmente el bluetooth del aparato al pequeño estéreo que teníamos, apagué la luz y a continuación le di reproducir a la playlist que había preparado para ocasiones así con Camila. Sonrió cuando comenzó a sonar la primera canción.
¿Vas a bailarme, Lolo? - Dijo a modo de broma, soltando una risa que sonaba exquisita en mi mente. Me podía cuando utilizaba aquel tono de voz conmigo, sabía lo que me gustaba.
Quizás... - Solté mientras dejaba el teléfono en el camino y me posicionaba a frente a ella. Aún con sus ojos cerrados pude notar la sorpresa que le había causado mi respuesta pues claramente no lo esperaba. Generalmente, a la hora del sexo era ella quien se atrevía un poco más, quien dejaba con más facilidad atrás sus inhibiciones y timidez, a mí por otro lado, me costaba un poco más.
Estaba nerviosa pero sabía que Camila había tenido una semana muy dura en la universidad y quería hacer algo por ella. Tomé aire y me propuse solo disfrutar y hacerla disfrutar, sin pensar demasiado; sin pensar en lo absoluto.
Puedes abrir los ojos si quieres ~ -Enseguida lo hizo y debido a la diferencia de alturas ahora, recorrió la mitad de mi cuerpo la mirada hasta llegar a mis ojos. Pestañeó un par de veces y sonrió para luego morder su labio. Comencé a moverme suave al principio, aún algo nerviosa e inexperta. Conforme avanzaba la música me fui soltando un poco más, finalmente dejando de lado la timidez que siempre lograba frenarme. Me dejé llevar y por la expresión en el rostro de mi novia, le gustaba lo que veía.
Sentí su mano tomar mi cintura y acercar mi cuerpo al de ella, entonces aproveché para sentarme sobre su cadera sin dejar caer todo mi peso sobre ella. Mis brazos rodearon su cuello y mis labios se dirigieron rápidamente a su cuello donde dejé un fugaz beso, el cual fue seguido por una pequeña mordida, entonces la oí gemir muy suave y aquello me llenó de confianza y aún más deseo.
Comencé a mover mi cadera contra la suya siguiendo el ritmo de la música, ella me abrazó y yo dejé su cuello para volver a besarla. Esta vez fue ella quien tomó control del beso, buscando con su lengua la mía; comenzó una nueva batalla pero ya no importaba el resultado, claramente ambas ganábamos.
Presioné un poco más mi intimidad con la contraria al tiempo que mordía de nueva cuenta su labio, entonces sentí sus uñas clavarse en mi espalda y ahogué un gemido en su boca. Seguimos besándonos con la misma intensidad un momento hasta que sus manos abandonaron mi espalda para empezar a recorrer mi cintura por debajo de la camisa que llevaba. Yo, por mi parte llevé una de mis manos a su nuca otra vez para jugar nuevamente con su cabello, mientras la otra subía a uno de sus pechos.
Comencé a masajearlo por encima de la blusa que llevaba y noté como se aceleraba aún más su respiración. Sus manos abandonaron mi cintura solo para comenzar a desabrochar mi camisa de manera ágil y veloz, en cosa de nada la prenda se hallaba tirada en el suelo a un lado de nosotras. Sin querer quedarme atrás, dejé lo que hacía y copié su acción por lo que ahora ambas estábamos semi desnudas.
Nos miramos un segundo, le sonreí de medio lado y me aventuré a besar su clavícula, asegurándome de dejar una que otra pequeña marca en el lugar. Mientras, mis dedos hábilmente se deshacían de su brasier, dejando expuestos sus pequeños y perfectos pechos los cuales no me resistí y comencé a masajear de inmediato. Tomé uno de sus pezones entre mis dedos índice y pulgar, jalándolo un poco al tiempo que ejercía la presión justa para hacerla gemir de manera más audible. No contenta con aquello, llevé mi lengua hasta el otro, rodeándolo con ella antes de meterlo en mi boca. Succioné un poco y utilicé la punta de mis dientes para simular lo que hacían mis dedos en el otro, siendo cuidadosa de no lastimarla, supe que había logrado mi cometido cuando uno de sus gemidos hizo eco en la habitación.
Sus manos, temblando un poco por el placer que le recorría el cuerpo, intentaron soltar el botón de mi pantalón sin llegar a cumplir su cometido.
Me puse de pie lentamente, preocupándome de no distanciarme mucho de ella ni de detener mis atenciones. Caminamos lento hacia la cama y una vez en el borde, fue ella quien de manera muy rápida tiró todo lo que interfería al piso, incluyendo sus apuntes y cuadernos, luego se recostó sobre ésta, invitándome a seguir con su mirada.
Sin perder tiempo, quité mi pantalón y me subí a la cama, posicionándome entre sus piernas. Me acerqué a su cadera y ella la levantó un poco, lo suficiente para que yo pudiese quitar el short que llevaba, aproveché esto para quitar también lo que quedaba de su ropa interior y dejarla completamente desnuda. La había visto muchas veces así, pero esta vez se veía incluso más hermosa; la poca luz que se colaba por la ventana solo resaltaba aún más su maravillosa silueta. Verla así, con la piel erizada, los ojos llenos de deseo y los labios entre abiertos era más de lo que mi pobre cuerpo podía soportar, necesitaba sentirla.
Quité también lo que quedaba de mi ropa, y acto seguido me posicioné sobre ella, mis manos cada una al costado de su cabeza, mientras que una de mis piernas se apoyaba entre las contrarias, la otra a un lado de su cuerpo. Me incliné y comencé a besarla nuevamente, lento pero intenso. Sus manos recorrían mi espalda, haciendo presión con sus uñas sobre mi piel, lo que me volvía loca.
Aproveché la ventaja de mi posición, moví un poco hacia arriba mi pierna que se encontraba en medio hasta rozar con mi rodilla su intimidad, comenzando a ejercer la presión justa mientras empezaba a moverme con el ritmo del beso y de la música.
Los gemidos cada vez eran más frecuentes y altos, y pronto pude sentir una creciente humedad proveniente desde su centro, una humedad que solo podía compararse a la mía en ese preciso instante.
Sin deseos de seguir torturándonos, me volví a sentar sobre su cadera, estremeciéndome al momento del contacto entre nuestras intimidades. Comencé a moverme y ambas soltamos un gemido, mordí mi labio y cerré los ojos, disfrutando el placer de compartir aquel momento con ella.
Mi mano tomó su cadera para ayudarse con los movimientos que ahora eran más rápidos y fuertes, mientras la otra masajeaba nuevamente uno de los pechos de la morena.
SHIT, L-LAUREN... -Gimió fuerte y tomó mi cadera, obligándome a ir más rápido -
Me vengo...- Susurró apenas mientras clavaba sus uñas en mi - V-vente conmigo...- Me miró un efímero segundo antes de cerrar sus ojos con fuerza, yo asentí torpemente y apreté su cadera. Ambas dejamos escapar un gemido mayor a todos los anteriores y en el mismo instante me sentí explotar, también a ella. Mi mente quedó en blanco por un momento y cuando abrí los ojos me encontré con aquellos ojos cafés que me alegraban la vida. Era increíble como Camila podía ser la persona más adorable y sensual del mundo al mismo tiempo. Me sonrió y yo le correspondí con una propia antes de quitarme con mucho cuidado de encima, ambos cuerpos aún seguían muy sensibles.
Me recosté a su lado e instintivamente mis brazos rodearon su cuerpo, su cabeza yacía ahora sobre mi pecho y sus manos rodeaban mi cintura.
Nos quedamos en silencio por un rato, disfrutando del ambiente que generaba la música mientras dejábamos que nuestra respiración se acompasara. Al cabo de unos minutos llevé una de mis manos hasta su cabello y comencé a acariciarlo.
Te amo... - Dije despacio, pero con la suficiente energía para que pudiera oírme. Sonrió.
Te amo...mucho - Respondió y mi corazón saltó, como lo hacía cada vez que le oía pronunciar aquello. Llevábamos poco más de tres años y aún me enamoraba cada día.
Sonreí ante aquel pensamiento - Gracias... - Murmuró apenas y en unos pocos segundos ya se había dormido.
Es un placer... - Respondí de igual forma, dejando un pequeño beso en su frente - Buenas noches, descansa ~ -Susurré, sabiendo que ya no me escuchaba, sonreí una vez más, sintiendo el sueño apoderarse de mi, entonces cerré mis ojos.
Reparé una vez más en lo feliz y afortunada que me sentía de tener a Camila a mi lado y entonces me dormí.

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2017 ⏰

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