Era otro esplendoroso día en la preparatoria de Miami City, algunos de los alumnos se encontraban en uno de los descansos entre clases, entre esos alumnos había tres que siempre estaban juntos, uno de ellos tenía el cabello de color azul con flequillo rubio además de unos sorprendentes ojos azules, otro de ellos tenía el cabello color rosa con mechones morados que le daban una forma muy singular además de tener ojos color rosa, el último de ellos tenía el cabello de color rojo en la parte inferior y de color verde en la parte superior recordando a muchos un tomate y poseía unos alegres ojos color carmesí.
Se trataba de Yugo, Yuri y Yuya, eran los mejores amigos a pesar de ser tan diferentes entre sí, pertenecían a diferentes clases y también a diferentes clubs; Yugo pertenecía al equipo de soccer de la escuela y era uno de los mejores jugadores de equipo; Yuri pertenecía al club de cocina puesto que no le agradaban los deportes y parecía carecer de talento artístico pero era capaz de crear los mejores platillos y postres, algunos decían que era su propio estilo de arte; por último Yuya pertenecía al club de arte, se especializaba en modelado y pintura ya que tenía un talento natural para hacer sonreír a las personas con sus pinturas y figuras únicas.
Se estarán preguntando ¿qué hacía a esos tres especiales a parte de sus habilidades en cada uno de sus clubs? Pues los tres tenían un secreto, estaban enamorados pero eso no era raro sino el hecho de que estaban enamorados de hombres, lo peor del asunto es que se trataba de los capitanes de los clubs de tiro con arco, ajedrez y kendo.
Yuri estaba enamorado del capitán del club de ajedrez, un hombre llamado Kaito que poseía un cabello rubio con mechones de color verde y unos impresionantes ojos azul-grisáceo, era un hombre un año mayor que él, muy guapo y muy inteligente, por ello es que era el mejor en los campeonatos de ajedrez llegando a ser el número uno de la región, Yuri no podía evitar suspirar cada vez que lo veía pasar con su séquito de admiradoras.
Por otro lado Yugo siempre estaba tras la pista del capitán del club de tiro con arco, se trataba de un hombre muy apuesto de cabello color plata con mechones verdes en el flequillo, era dos años mayor que él pero era reconocido por ser el mejor en tiro con arco además de ser encantador tanto con hombres como con mujeres, su nombre era Zarc.
Por último estaba Yuya quien suspiraba por el capitán del club de Kendo, era un hombre mayor que él por un año, de cabello negro con mechones púrpura en la parte delantera peinados de una forma muy extravagante, poseía unos hermosos ojos grises y era reconocido por ser el mejor en su club y por su amable sonrisa. A pesar de que tenía un aire de rebeldía innata era muy amable y con su sonrisa sacaba suspiros de sus seguidores y seguidoras, su nombre era Yuto.
-No puede ser, ahí van de nuevo- se quejó Yuri, estaban los tres sentados en una de las jardineras de la escuela y justo pasaba por ahí Kaito, sin embargo eso no era lo que molestaba a Yuri sino el grupito de chicas que iban detrás de él riendo como bobas –Son tan lamentables-
-Deberías de confesarte de una vez para que se las saques de encima- dijo Yugo antes de darle una gran mordida a una de sus bolas de arroz de su almuerzo.
-Lo haré cuando tú te le confieses a Zarc- contestó Yuri casi apuñalando a la salchicha de su bento.
Al escuchar aquello Yugo se atragantó con su bola de arroz y se puso a toser como loco, a su lado Yuya le dio unas palmadas en la espalda. Yugo tomó de su botella de agua antes de fulminar con la mirada a Yuri.
-Tu sabes que no puedo hacer eso cuando ni siquiera sabe que existo- se quejó Yugo desviando la mirada y sonrojándose ¿cómo podía un hombre como Zarc siquiera darle la hora del día?
-Haz estado acosándolo desde que entramos a la preparatoria, seguro ya notó a su acosador número uno- se burló Yuri antes de comer la salchicha que acababa de apuñalar con sus palillos.

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The distance between us
FanfictionYuya, Yuri y Yugo tienen un secreto, están enamorados de los capitanes de los equipos de Kendo, Ajedrez y tiro con Arco, pero hay una distancia innegable entre ellos que solo puede ser superada por el amor de verdad.