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Amber llego puntual hoy a casa de su amiga y como no había podido terminar su tarea, saco sus cuadernos y en el auto continuo con ella.

El pequeño Thomas se aproximaba a el auto con su cobija en la mano arrastrándola por el suelo, Amber que estaba tan sumida en sus labores no se percato de su presencia hasta que el pequeño hablo.

-Las tareas se hacen en casa- dijo balbuceando mientras se acurrucaba en el asiento.

Amber esta algo sorprendida, no solo por el hecho de oírlo hablar por primera vez, sino por lo que había dicho

-Amh, lo se, pero no pude terminarla ayer- Dijo algo avergonzada

-¿Por que?- Thomas se enderezo en el asiento, esta vez había captado su atención.

-Tenia muchas cosas que hacer- dijo seca, esta perdiendo tiempo para hacer su tarea y ya iban tarde como para continuarla en su salón.

-¿Que clase de cosas son mas importantes que la tarea?- Thomas era un niño muy aplicado e inteligente, y siendo pequeño no hacia nada mas que ocuparse de la escuela.

-No es de tu incumbencia niño.- dijo estaba vez molesta.

Thomas se sorprendió por como lo había llamado, sabia que era un niño, pero ella no era una adulta, pero prefirió dejarlo así, ella estaba siendo grosera, y a el no les gustaba hablar con gente grosera.

LA NIÑA GRANDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora